Matthew 12

Controversias sobre el sábado

1Por aquel tiempo, Jesús iba pasando un día de sábado, a través de los sembrados; y sus discípulos, teniendo hambre, se pusieron a arrancar algunas espigas y a comerlas. 2Viendo esto, los fariseos le dijeron: “Tus discípulos hacen lo que no es lícito hacer en sábado.” 3Jesús les dijo: “¿No habéis leído, pues, lo que hizo David cuando tuvo hambre él y los que estaban con él, 4cómo entró en la casa de Dios y comió los panes de la proposición, que no era lícito comer ni a él, ni a sus compañeros, sino solamente a los sacerdotes
4. Alude Jesús a la historia que se refiere en el primer libro de los Reyes 21, 1-6. Los panes de la proposición, son los doce panes que cada semana se colocaban como sacrificio en la mesa de oro en el Santo del Templo. Véase Lv. 24, 5 ss.
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5¿No habéis asimismo leído en la Ley, que el día de sábado, los sacerdotes, en el templo, violan el reposo sabático y lo hacen sin culpa? 6Ahora bien, os digo, hay aquí (alguien) mayor que el Templo. 7Si hubieseis comprendido lo que significa: “Misericordia quiero, y no sacrificio”, no condenaríais a unos inocentes
7. Véase 9, 13; Os. 6, 6; Si. 35, 4.
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8Porque Señor del sábado es el Hijo del hombre”.

9De allí se fue a la sinagoga de ellos; y he aquí un hombre que tenía una mano seca. 10Y le propusieron esta cuestión: “¿Es lícito curar el día de sábado?” —a fin de poder acusarlo—. 11Él les dijo: “¿Cuál será de entre vosotros el que teniendo una sola oveja, si esta cae en un foso, el día de sábado, no irá a tomarla y levantarla? 12Ahora bien, ¡cuánto más vale el hombre que una oveja! Por consiguiente, es lícito hacer bien el día de sábado”. 13Entonces dijo al hombre: “Extiende tu mano”. Él la extendió, y le fue restituida como la otra. 14Pero los fariseos salieron y deliberaron contra Él sobre el modo de hacerlo perecer. 15Jesús, al saberlo, se alejó de allí. Y muchos lo siguieron, y los sanó a todos. 16Y les mandó rigurosamente que no lo diesen a conocer; 17para que se cumpliese la palabra del profeta Isaías que dijo: 18“He aquí a mi siervo, a quien elegí, el Amado, en quien mi alma se complace. Pondré mi Espíritu sobre Él, y anunciará el juicio a las naciones
18. Los vers. 18-21 son una cita tomada de Isaías 42, 1-4 y 41, 9. Véase Mt. 3, 17; 17, 5.
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19No disputará, ni gritará, y nadie oirá su voz en las plazas
19. Nadie oirá su voz en las plazas: Vemos aquí que los frutos que permanecen no son los de un apostolado efectista y ruidoso. Véase Jn. 15, 16 y nota. “El bien no hace ruido y el ruido no hace bien” (S. Francisco de Sales).
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20No quebrará la caña cascada, ni extinguirá la mecha que aún humea, hasta que lleve el juicio a la victoria; 21y en su nombre pondrán las naciones su esperanza”.

El pecado contra el Espíritu

22Entonces le trajeron un endemoniado ciego y mudo, y lo sanó, de modo que hablaba y veía. 23Y todas las multitudes quedaron estupefactas y dijeron: “¿Será este el Hijo de David?” 24Mas los fariseos, oyendo esto, dijeron: “Él no echa los demonios sino por Beelzebul
24. Sobre Beelzebul véase 10, 25 y nota.
, el príncipe de los demonios”.
25Conociendo sus pensamientos, les dijo entonces: “Todo reino dividido contra sí mismo, está arruinado, y toda ciudad o casa dividida contra sí misma, no puede subsistir. 26Si Satanás arroja a Satanás, contra sí mismo está dividido: entonces, ¿cómo podrá subsistir su reino? 27Y si Yo, por mi parte, echo los demonios por Beelzebul, ¿por quién los echan vuestros hijos? Por esto ellos serán vuestros jueces. 28Pero si por el Espíritu de Dios echo Yo los demonios, es evidente que ha llegado a vosotros el reino de Dios. 29¿O si no, cómo puede alguien entrar en la casa del hombre fuerte y quitarle sus bienes, si primeramente no ata al fuerte? Solamente entonces saqueará su casa. 30Quien no está conmigo, está contra Mí, y quien no amontona conmigo, desparrama”.

31“Por eso, os digo, todo pecado y toda blasfemia será perdonada a los hombres, pero la blasfemia contra el Espíritu no será perdonada
31 ss. El pecado de los fariseos consiste en atribuir al demonio los milagros que hacía Jesús y en resistir con obstinación a la luz del Espíritu Santo, que les mostraba el cumplimiento de las profecías en Cristo. Es el pecado de cuantos, también hoy, se escandalizan de Él y se resisten a estudiarlo. Cf. 11, 6 y nota.
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32Y si alguno habla contra el Hijo del hombre, esto le será perdonado; pero al que hablare contra el Espíritu Santo, no le será perdonado ni en este siglo ni en el venidero. 33O haced (que sea ) el árbol bueno y su fruto bueno, o haced (que sea) el árbol malo y su fruto malo, porque por el fruto se conoce el árbol. 34Raza de víboras, ¿cómo podríais decir cosas buenas, malos como sois? Porque la boca habla de la abundancia del corazón
34. La boca habla de la abundancia del corazón: La lengua es el espejo del corazón. La boca del justo es un canal de vida (Pr. 10, 11), mas la lengua del impío es una cloaca llena de cieno. Véase Ef. 4, 29; 5, 4-6; St. 1, 26; 3, 6 y 8; Pr. 12, 14; Si. 21, 29. S. Agustín lo aplica a Jesús y dice que el Evangelio es la boca por donde habla su corazón.
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35El hombre bueno, de su tesoro de bondad saca el bien; el hombre malo, de su tesoro de malicia saca el mal. 36Os digo, que de toda palabra ociosa que se diga se deberá dar cuenta en el día del juicio. 37Según tus palabras serás declarado justo, según tus palabras serás condenado”.

Los enemigos piden una señal

38Entonces algunos de los escribas y fariseos respondieron, diciendo: “Maestro, queremos ver de Ti una señal”. 39Replicoles Jesús y dijo: “Una raza mala y adúltera requiere una señal: no le será dada otra que la del profeta Jonás. 40Pues así como Jonás estuvo en el vientre del pez tres días y tres noches, así también el Hijo del hombre estará en el seno de la tierra tres días y tres noches
40. Alude a su resurrección. Véase 27, 60; 28, 5.
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41Los ninivitas se levantarán, en el día del juicio, con esta raza y la condenarán, porque ellos se arrepintieron a la predicación de Jonás; ahora bien, hay aquí más que Jonás. 42La reina del Mediodía
42. La reina de Sabá, que vino del Mediodía para ver a Salomón (1 R. 10, 1-13).
se levantará, en el juicio, con la generación esta y la condenará, porque vino de las extremidades de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón; ahora bien, hay aquí más que Salomón”.

La estrategia de Satanás

43“Cuando el espíritu inmundo ha salido del hombre, recorre los lugares áridos, buscando reposo, pero no lo halla. 44Entonces se dice: “Voy a volver a mi casa, de donde salí”. A su llegada, la encuentra desocupada, barrida y adornada. 45Entonces se va a tomar consigo otros siete espíritus aún más malos que él; entran y se aposentan allí, y el estado último de ese hombre viene a ser peor que el primero. Así también acaecerá a esta raza perversa”.

Los parientes de Cristo

46Mientras Él todavía hablaba a las multitudes, he ahí que su madre y sus hermanos
46. La voz hermano comprende entre los judíos también a los primos y otros parientes. Los llamados hermanos de Jesús son sus primos: Santiago el Menor, Simón, Judas Tadeo y José el Justo, hijos de Cleofás o Alfeo.
estaban fuera buscando hablarle.
47Díjole alguien: “Mira, tu madre y tus hermanos están de pie afuera buscando hablar contigo”
47. Admiremos la modestia silenciosa de la divina Madre que se queda afuera, esperando de pie, para no distraer a Jesús en su predicación.
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48Mas Él respondió al que se lo decía: “¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?” 49Y extendiendo la mano hacia sus discípulos, dijo: “He aquí a mi madre y mis hermanos. 50Quienquiera que hace la voluntad de mi Padre celestial, este es mi hermano, hermana o madre”.
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