Wis 15

Israel fue preservado de la idolatría

1Mas Tú, oh Dios nuestro, eres benigno, veraz y longánimo, y todo lo gobiernas con misericordia.

2
2. Mientras los paganos nada pueden esperar ni temer de parte de sus ídolos impotentes, Israel que teme al Dios verdadero, nunca apostatará del todo, pues sabrá que puede convertirse confiando en la misericordia del Señor. Es lo que enseña San Juan (I Juan 3, 20 s.; cf. Proverbios 24, 12).
Porque si pecamos, tuyos somos, sabiendo como sabemos tu grandeza; y si no pecamos, sabemos que nos cuentas en el número de los tuyos.

3
3. Es, pues, el conocimiento de Dios lo que lleva a una vida pura y a la inmortalidad. Así lo dice Jesús en Juan 17, 3 para mostrar la suprema importancia de conocer al Padre. “El conocimiento de un solo Dios, dice San Jerónimo, es la posesión de todas las virtudes.” Y añade: “Amad la ciencia de las Escrituras, y detestaréis los vicios de la carne.” Véase Salmo 118 y sus notas.
Porque conocerte a Ti es la justicia consumada, y conocer tu justicia y poder es la raíz de la inmortalidad.

4Y así no nos ha inducido a error la humana invención de un arte malo, ni el vano artificio de las sombras de una pintura, ni la efigie entallada y de varios colores,

5cuya vista excita la concupiscencia del insensato, que ama la compostura de un retrato muerto e inanimado.

6Dignos son de poner su esperanza en semejantes cosas, aquellos que aman el mal; como también los que las hacen, los que las aman, y los que les dan culto.

Culpabilidad de los que se ocupan de la fabricación de ídolos

7
7. Parece que el orden del texto se halla un poco alterado (Nácar- Colunga), pues el autor vuelve al tema de la fabricación de los ídolos. No se puede mostrar más vivamente la ridiculez de los ídolos. Véase capítulo 13 y notas; Isaías 45, 9 y siguientes; Jeremías 10, 3 y siguientes, Baruc capítulo 6. Cf. Romanos 9, 20 s.; II Timoteo 2, 20 s.
Un alfarero, manejando la blanca greda, forma de ella, a costa de su trabajo, toda suerte de vasijas para nuestros usos; y de un mismo barro hace vasos que sirven para cosas limpias, e igualmente otros para cosas que no lo son; siendo el alfarero el árbitro del destino que han de tener los vasos.

8
8. La deuda del alma: o sea, de la vida. Profunda expresión para mostrar que no es nuestra, sino que la recibimos con la vida, y que debemos restituirla al Creador.
Y con vana fatiga forma del mismo barro un dios aquel que poco antes fue formado de la tierra, y que muy en breve volverá a reducirse a ella, obligado a restituir la deuda del alma que tiene.

9Pero él no se cura del trabajo que le ha de costar, ni de la brevedad de su vida; sino que va a competencia con los artífices de oro y de plata, e imita también a los broncistas, y pone su gloria en formar cosas vanas.

10Pues su corazón es ceniza, y vil tierra su esperanza, y su vida más despreciable que el barro,

11como que no conoce al que le ha creado e infundido el alma con que trabaja, y al que le inspiró el espíritu de vida.

12
12. Una manera de vivir hecha para ganar: en griego es más vigoroso: la vida como un mercado para ganar.
Y aun han creído estos ser nuestra vida un juego, una manera de vivir hecha para ganar, y que conviene el ganar por cualesquiera medios, aunque sean malos.

13Porque aquel que de materia terrena forma vasijas y simulacros, bien conoce que peca más que todos.

Insensatez de los paganos

14
14. Alma nacida: en griego alma pueril (alma de un rapazuelo, dice Bover-Cantera). Le tienen avasallado: San Pablo recuerda, en contraste con la cristiana luz de la conciencia, esta servidumbre que significa el culto de los paganos (I Corintios 12, 1 y siguientes), cuyas religiones “no ofrecían ningún principio para el discernimiento de espíritus” (Buzy).
Son, pues, necios, desgraciados y soberbios, más que alma nacida, todos los que son enemigos de tu pueblo y que le tienen avasallado;

15
15. Véase las mismas expresiones sarcásticas en Salmo 113B, 4 y siguientes. Cf. 13, 10 y siguientes; Salmo 105, 9; 134, 17; Isaías 44, 9 y siguientes; Jeremías 10, 3; Hebreos 2, 19.
porque reputaron dioses a todos los ídolos de las naciones; los cuales ni pueden usar de los ojos para ver, ni de las narices para respirar, ni de las orejas para oír, ni de los dedos de las manos para palpar, ni aun sus pies son capaces de menearse.

16Porque es hombre quien los hizo, y recibió prestado el espíritu quien los formó; ni jamás podrá hombre alguno fabricar un dios semejante a sí;

17por cuanto, siendo mortal, forma con manos sacrílegas una cosa muerta. El mismo es mejor que aquellos a quienes adora, pues él, aunque mortal, ha obtenido la vida, pero aquellos nunca vivirán.

18
18. Los egipcios adoraban a los animales más abyectos, como ranas y cocodrilos, y representaban a sus dioses con cabeza de gato, vaca, ibis, etc. Véase 12, 24 y nota. De la idolatría babilónica tenemos una descripción en Baruc capítulo 6 y en Daniel capítulo 14.
Y aun adoran a los más viles animales, que comparados con las demás bestias irracionales, son de peor condición que estas.

19
19. Dios en el día de la Creación bendijo a las bestias (Gén. 1, 22). Esta bendición se transforma en maldición cuando se les tributa culto idolátrico.
Ni hay quien pueda observar cosa buena en el aspecto de estos animales; como que ahuyentaron de sí la aprobación y bendición de Dios.
Copyright information for SpaPlatense