1 Kings 14
Vaticinio de Ahías contra Jeroboam
1En aquel tiempo enfermó Abías, hijo de Jeroboam. 2 ▼▼2. Silo pertenecía al dominio de Jeroboam. Había, pues, aún profetas del verdadero Dios en el reino del impío rey. “Corriendo tiempos tan turbios y aciagos, despertó Dios a sus grandes profetas, para que hicieran resonar en Judá el eco de su palabra y sacaran de su profundo olvido y hondo letargo a los reyes idólatras, a los sacerdotes ociosos y a aquellas bárbaras muchedumbres, dadas a sediciones y tumultos. Jamás en ningún pueblo de la tierra, antiguo ni moderno, hubo una institución tan admirable, tan santa y tan popular como la de los profetas del pueblo de Dios” (Donoso Cortés, Discurso sobre la Biblia).
Y dijo Jeroboam a su mujer: “Levántate, por favor, y disfrázate, para que no se sepa que eres la mujer de Jeroboam, y vete a Silo. He aquí que allí está Ahías, el profeta, el mismo que me predijo que yo había de ser rey sobre este pueblo. 3Toma en tu mano diez panes, algunas tortas y un tarro de miel, y entra en su casa; él te dirá lo que ha de ser del niño.” 4Lo hizo así la mujer de Jeroboam. Se levantó, fue a Silo y entró en la casa de Ahías. Ahías ya no podía ver, porque a causa de su vejez se le habían quedado fijos los ojos. 5Yahvé había dicho a Ahías: “He aquí que viene la mujer de Jeroboam para consultarte acerca de su hijo, que está enfermo. Esto y esto le dirás, pues ella cuando venga fingirá ser otra.” 6Por eso al oír el sonido de los pasos de ella, cuando entraba por la puerta, dijo Ahías: “¡Entra, mujer de Jeroboam! ¿Para qué finges ser otra? Soy enviado para darte un mensaje duro. 7Ve y di a Jeroboam: Así dice Yahvé, el Dios de Israel: «Yo te ensalcé de en medio del pueblo y te puse por príncipe sobre Israel mi pueblo. 8Arranqué el reino de la casa de David para entregártelo a ti, y sin embargo no has sido como mi siervo David, que guardó mis mandamientos y me siguió con todo su corazón, no haciendo otra cosa que cuanto era recto a mis ojos. 9Tú, empero, has hecho cosas peores que todos los que te han precedido; pues has comenzado a hacerte otros dioses e imágenes de fundición para provocar mi ira, y me has echado a tus espaldas. 10 ▼▼10. Todos los varones: Nácar-Colunga: a todos cuantos a Jeroboam pertenecen. La Vulgata traduce literalmente del hebreo: mingentem ad parletem, lo cual Torres Amat traduce por: hasta los perros. En realidad la profecía se refiere a los hombres, y no a los perros. Cf. I Reyes 25, 22 y 34.
Por tanto, he aquí que voy a hacer venir el mal sobre la casa de Jeroboam, y exterminaré (de la casa) de Jeroboam todos los varones, al esclavo y al libre en Israel; y barreré la posteridad de la casa de Jeroboam como se barre el estiércol, hasta que no quede nada. 11Al que de Jeroboam muriere en la ciudad, lo comerán los perros, y al que muriere en el campo, lo comerán las aves del cielo; porque Yahvé lo ha dicho». 12Tú pues, levántate, vete a tu casa; y cuando tus pies entren en la ciudad, morirá el niño. 13 ▼▼13 s. En las recientes excavaciones realizadas en Tirsá, la residencia de Jeroboam, se ha encontrado el esqueleto de un niño cuidadosamente sepultado. ¿Será acaso este el hijo de Jeroboam? Dios salvó al hijo porque hace misericordia a quien le place, sin que nadie pueda pedirle cuenta (Éxodo 33, 19, citado por Romanos 9, 15). El cumplimiento de la profecía respecto de la casa se narra en 15, 27 ss.
Todo Israel lo llorará y le darán sepultura, porque solo este (de la casa) de Jeroboam recibirá sepultura, por haberse hallado en él algo de bueno delante de Yahvé, el Dios de Israel, dentro de la casa de Jeroboam. 14Yahvé se suscitará un rey sobre Israel, que en aquel día destruirá la casa de Jeroboam. ¿Qué más por ahora? 15 ▼▼15. El río: el Éufrates. Alusión profética al cautiverio: Ascheras: ídolos de Astarté.
Yahvé sacudirá a Israel para que se agite como se agita la caña en el agua, y desarraigará a Israel de esta buena tierra que dio a sus padres, y los dispersará más allá del río; por cuanto se han hecho ascheras, provocando la ira de Yahvé. 16Él entregará a Israel a causa de los pecados que Jeroboam ha cometido y ha hecho cometer a Israel.” 17 ▼▼17. Tirsá: residencia de Jeroboam situada a 16 kilómetros al norte de Siquem, mencionada ya en el libro de Josué (12, 24) como una de las ciudades cananeas, identificada hoy por Roland de Vaux con las ruinas de Tel Farah. Cf. Cantar de los Cantares 6, 4.
Entonces se levantó la mujer de Jeroboam para irse y llegó a Tirsá, y al trasponer ella el umbral de la casa murió el niño. 18Lo sepultaron y lo lloró todo Israel, conforme a la palabra que Yahvé había dicho por boca de su siervo Ahías, el profeta. Muerte de Jeroboam
19 ▼▼19. El libro de los anales de los reyes de Israel no se ha conservado. Tampoco el libro de los anales de los reyes de Judá, que se cita en el versículo 29.
Los demás hechos de Jeroboam, las guerras que hizo, y cómo reinó, he aquí que esto se halla escrito en el libro de los anales de los reyes de Israel. 20El tiempo que reinó Jeroboam fue de veintidós años. Luego se durmió con sus padres, y Nadab su hijo reinó en su lugar. Roboam de Judá
21En Judá reinó Roboam, hijo de Salomón, el cual tenía cuarenta y un años cuando comenzó a reinar, y reinó diez y siete años en Jerusalén, la ciudad que Yahvé había escogido entre todas las tribus de Israel, para poner allí su Nombre, El nombre de su madre fue Naamá, ammonita. 22Judá hizo lo que era malo a los ojos de Yahvé, y con los pecados que cometían provocaron sus celos, más que lo habían hecho sus padres. 23 ▼▼23. Piedras de culto, en hebreo massebah, o sea, cipos erigidos en honor de Baal. Ascheras: cf. versículo 15. Sobre el culto de Baal y Astarté véase Éxodo 23, 24; 34, 13; Deuteronomio 7, 5; Jueces 2, 13 y notas. En vez de aschera traduce la Vulgata constantemente bosque, porque la aschera, el símbolo de Astarté, consistía en un tronco o rama de árbol.
Erigieron lugares altos, piedras de culto y ascheras, encima de todo collado elevado y bajo todo árbol frondoso. 24 ▼▼24. Prostitución cultual de hombres: Vulgata: hombres afeminados. La Biblia los llama a veces “perros”. En honor de sus dioses se prostituían, cerca de los santuarios, también hombres. (Véase 22, 47; Deuteronomio 23, 18; II Reyes 23, 7; Oseas 4, 14; Apocalipsis 22, 15). “Sobre esta materia las inscripciones asirias y fenicias nos han transmitido muchos detalles… y quedan, referente a la Siria, las indicaciones de Luciano, no menos significativas (De Dea, Syria), las de Eusebio (Vita Constantini III, 55; en Migne P. G. 20, 1120 s.), y de muchos más. La seducción fascinadora que ejercían siempre los cultos cananeos, especialmente sobre los israelitas, se debe en gran parte a estas artes conocedoras de refinadas lascivias y de frenesí contagioso que poseían las personas sagradas” (Ricciotti, Historia de Israel, núm. 108).
Hubo también prostitución cultual de hombres en el país e imitaron todas las abominaciones de las naciones que Yahvé había arrojado delante de los hijos de Israel. 25 ▼▼25. Véase II Paralipómenos 12, 1-12. Sesac nos dejó en el templo de Tebas (Karnak) un relieve, en que enumera 165 ciudades conquistadas por él en Palestina.
El año quinto del rey Roboam subió contra Jerusalén Sesac, rey de Egipto, 26el cual tomó los tesoros de la casa de Yahvé y de la casa del rey y lo robó todo. Tomó también todos los escudos de oro que había hecho Salomón. 27En lugar de ellos hizo el rey Roboam escudos de bronce y los entregó en manos de los capitanes de la guardia que guardaban la puerta del palacio real. 28Y siempre cuando el rey iba a la Casa de Yahvé los llevaban los de la guardia, y luego los volvían a traer a la cámara de la guardia. 29Los demás hechos de Roboam, y todo lo que hizo, ¿no se halla esto escrito en el libro de los anales de los Reyes de Judá? 30Y hubo siempre guerra entre Roboam y Jeroboam. 31Después se durmió Roboam con sus padres y fue sepultado con sus padres en la ciudad de David. El nombre de su madre fue Naamá, ammonita. Y reinó, en su lugar, su hijo Abiam.
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