‏ 1 Maccabees 9

Nueva invasión de Báquides

1Entretanto, así que Demetrio supo que Nicanor con todas sus tropas había perecido en el combate, envió de nuevo a Báquides y a Alcimo a la Judea, y con ellos el ala derecha de su ejército. 2Se dirigieron por el camino que va a Gálgala, y acamparon en Masalot, que está en Arbellas; la cual tomaron, y mataron mucha gente. 3
3. El año 152 de los Seléucidas corresponde al año 161-160 a. C.
En el primer mes del año ciento cincuenta y dos se acercaron con el ejército a Jerusalén;
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4 s. Berea, probablemente El-Bireh, situada al norte de Jerusalén. Laisa, en griego Elasá (versículo 5): identificación insegura.
de donde salieron y se fueron a Berea en número de veinte mil hombres y dos mil caballos.

Superioridad del enemigo y temor de los judíos

5Había Judas sentado su campo en Laisa, y tenía consigo tres mil hombres escogidos. 6Mas cuando vieron la gran muchedumbre de tropas, se llenaron de gran temor, y desertaron muchos del campamento; de suerte que no quedaron más que ochocientos hombres. 7
7. No le falló el valor, según vemos en el versículo 10, pero sí tal vez la fe, o sea la confianza plena en el Dios que tantos triunfos le había dado contra enemigos superiores. Quizá en esto se halla la respuesta a la angustiosa pregunta del versículo 21.
Viendo Judas reducido a tan corto número su ejército, y que el enemigo le estrechaba de cerca, perdió el ánimo; pues no tenía tiempo para ir a reunir tropas, y desmayó.
8Con todo, dijo a los que le habían quedado: “Ea, vamos contra nuestros enemigos, y veamos si podemos batirlos”. 9Mas ellos procuraban disuadirle de eso, diciendo: “De ningún modo podemos; pongámonos más bien en salvo, yéndonos a incorporar con nuestros hermanos, y después volveremos a pelear con ellos; ahora somos nosotros pocos”. 10
10. San Ambrosio elogia la extraordinaria fortaleza de Judas, y la Iglesia lo propone como ejemplo. El Macabeo en todas las circunstancias puso su esperanza en Dios, con lo que se excluye el reproche de vanagloria que algunos le hacen injustamente.
“Líbrenos Dios, respondió Judas, de huir de ellos; si ha llegado nuestra hora, muramos valerosamente en defensa de nuestros hermanos, y no echemos un borrón a nuestra gloria.”

Muerte gloriosa de Judas

11A este tiempo salió de sus reales el ejército, y vino a su encuentro. La caballería iba dividida en dos cuerpos; los honderos y los flecheros ocupaban el frente del ejército, cuya vanguardia componían los soldados más valientes. 12Báquides estaba en el ala derecha, y los batallones avanzaron por ambos lados, tocando al mismo tiempo las trompetas. 13Los soldados de Judas alzaron también ellos el grito, de suerte que la tierra se estremeció con el estruendo de los ejércitos, y duró el combate desde la mañana hasta caída la tarde. 14Habiendo conocido Judas que el ala derecha del ejército de Báquides era la más fuerte, tomó consigo los más valientes de su tropa, 15
15. Azoto: No puede tratarse de la ciudad homónima filistea, que estaba muy distante del campo de batalla. Es probablemente Azor.
y derrotándola, persiguió a los que la componían hasta el monte de Azoto.
16Mas los que estaban en el ala izquierda, al ver desbaratada la derecha, fueron por la espalda en seguimiento de Judas y de su gente; 17y encendiéndose con más vigor la pelea, perdieron muchos la vida de una y otra parte. 18Cayó también Judas y los restantes huyeron.

Judas es enterrado en el sepulcro de sus padres

19Recogieron después Jonatás y Simón el cuerpo de su hermano Judas, y le enterraron en el sepulcro de sus padres en la ciudad de Modín. 20Y todo el pueblo de Israel manifestó un gran sentimiento, y le lloró por espacio de muchos días. 21
21. Que ha perecido el campeón: Eco de la elegía de David sobre Jonatás (véase II Reyes 1, 19 ss). Raras veces Israel ha sufrido pérdida tan grande. Judas era para él no solamente un jefe militar, sino el restaurador de la nación, el padre de la patria.
¡Cómo es, decían, que ha perecido el campeón que salvaba al pueblo de Israel!
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22. Véase análoga observación en Juan 21, 25 sobre los hechos de N. S. Jesucristo.
Las otras guerras de Judas, y las grandes hazañas que hizo, y la magnanimidad de su corazón no se han descrito, por ser excesivamente grande su número.

III. JONATÁS, JEFE Y PONTÍFICE

Jonatás es elegido jefe

23Y sucedió que muerto Judas, se manifestaron en Israel por todas partes los hombres perversos, y se dejaron ver todos los que obraban la maldad. 24Por este tiempo sobrevino una grandísima hambre, y todo el país con sus habitantes se sujetó a Báquides; 25el cual escogió hombres perversos, y los puso por comandantes del país. 26Andaban estos buscando, y pesquisaban a los amigos de Judas, y los llevaban a Báquides, quien se vengaba de ellos, y les hacía mil oprobios. 27
27. El último profeta en Israel fue Malaquías, que vivió alrededor del año 500 a. C. Entretanto los israelitas vueltos de Babilonia continuaban sufriendo, como se ve, hambres, sujeción y pecados y estaban esperando ardientemente las grandes prosperidades que anunciaban los profetas. Cf. II Macabeos 1, 24 ss.; 2, 17.
Fue grande la tribulación de Israel, y tal que no se había experimentado semejante desde el tiempo en que dejó de verse profeta en Israel.
28En esto, se juntaron todos los amigos de Judas, y dijeron a Jonatás: 29“Después que murió tu hermano Judas, no hay ninguno como él que salga contra nuestros enemigos, que son Báquides y los enemigos de nuestra nación. 30Por tanto, te elegimos hoy en su lugar, para que seas nuestro príncipe, y el caudillo en nuestras guerras”. 31Aceptó entonces Jonatás el mando, y ocupó el lugar de su hermano Judas.

Huida de Jonatás al desierto

32Sabedor de esto Báquides, buscaba medios para quitarle la vida; 33
33. El desierto de Tecuá estaba situado al este de Belén. De Tecuá era oriundo el profeta Amós (Amós 1, 1). Asfar, hoy día Bir ez Zaferán, al sur de Tecuá.
pero habiéndolo llegado a entender Jonatás, y Simón, su hermano, con todos los que le acompañaban, huyeron al desierto de Tecuá, e hicieron alto junto al lago de Asfar.
34Báquides lo supo, y marchó él mismo con todo su ejército, en día de sábado, al otro lado del Jordán. 35
35. Acerca de los nabuteos, véase 5, 25 y nota.
Entonces Jonatás envió a su hermano, caudillo del pueblo, a rogar a los nabuteos, sus amigos, que les prestasen su tren de guerra, que era grande.
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36. Madaba ciudad de Transjordania, al norte de Hesebón, célebre por un mosaico del siglo VI d. C. descubierto el año 1896, que representa el mapa más antiguo de Palestina.
Pero saliendo de Madaba los hijos de Jambri, tomaron prisionero a Juan y cuanto conducía, y se fueron con todo.
37De allí a poco dieron noticia a Jonatás y a su hermano Simón, de que los hijos de Jambri celebraban unas grandes bodas, y que llevaban desde Madaba con mucha pompa la novia, la cual era hija de los grandes príncipes de Canaán. 38Se acordaron entonces de la sangre derramada de Juan su hermano, y fueron, y se escondieron en las espesuras de un monte.

39En este estado, levantando sus ojos, vieron a cierta distancia una multitud de gentes, y un magnífico aparato; pues había salido el novio con sus amigos y parientes a recibir a la novia, al son de tambores e instrumentos músicos, con mucha gente armada. 40Entonces saliendo de su emboscada, se echaron sobre ellos, y mataron e hirieron a muchos, huyendo los demás a los montes; con lo cual se apoderaron de todos sus despojos; 41de suerte que las bodas se convirtieron en duelo, y sus conciertos de música, en lamentos. 42
42. Sobre la venganza permitida en la Ley de Moisés véase Números 35, 36; Deuteronomio 24, 16; IV Reyes 14, 6.
Vengaron de este modo la sangre de su hermano, y se volvieron hacia la ribera del Jordán.

Primera batalla de Jonatás con Báquides

43Luego que lo supo Báquides, vino con un poderoso ejército en un día de sábado a la orilla del Jordán. 44Entonces Jonatás dijo a los suyos: “Ea, vamos a pelear contra nuestros enemigos; pues no nos hallamos nosotros en la situación de ayer y demás días anteriores. 45Vosotros veis que tenemos de frente a los enemigos; hacia derecha e izquierda, las aguas del Jordán, con sus riberas, y pantanos, y bosques, sin que nos quede medio para escapar. 46Ahora clamad al cielo, para que seáis librados de vuestros enemigos”. Y se trabó luego el combate; 47en el cual levantó Jonatás su brazo para matar a Báquides; pero evitó este el golpe, retirando su cuerpo hacia atrás. 48En fin, Jonatás y los suyos se arrojaron al Jordán, y le pasaron a nado, a la vista de sus enemigos. 49Y habiendo perecido en aquel día mil hombres del ejército de Báquides, volvieron (los enemigos) a Jerusalén.

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50. Amaum: probablemente Emaús (Amwás); Tamnata, hoy día Tell Tibneh; Fara: quizás Farata al oeste de Siquem; Topo (en griego Tefón) probablemente Tapuah. Las localidades mencionadas tenían importancia estratégica y dominaban los accesos a Judea.
Después reedificaron las plazas fuertes de Judea, y fortificaron con altos muros, con puertas y barras de hierro las ciudadelas de Jericó, de Amaum, de Bethorón, de Betel, de Tamnata, de Fara y de Topo.
51En ellas puso guarniciones, para que hicieran correrías contra Israel. 52Fortificó también la ciudad de Betsura, y la de Gazara y el alcázar, poniendo en todas partes guarnición y víveres. 53
53. Rehenes: Fueron devueltos en 10, 6. También se usaba entonces el canje de prisioneros, como se ve en el versículo 70; igualmente el derecho de asilo (10, 43) y el bloqueo (13, 49; 15, 14).
Tomó después en rehenes los hijos de las primeras familias del país, y los tuvo custodiados en el alcázar de Jerusalén.

Muerte de Alcimo

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54. Las obras de los profetas: a saber, de Ageo y Zacarías, los cuales con su palabra habían animado a los regresados del cautiverio a reconstruir el Templo.
En el segundo mes del año ciento cincuenta y tres, mandó Alcimo derribar las murallas de la parte interior del Templo, y que se destruyesen las obras de los profetas y comenzó con efecto la demolición.
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55. Se muestra en esto que Dios no permite, si no hay causa especial, el ataque a su Santuario. Véase II Macabeos 5, 17 s. y nota.
Le hirió entonces el Señor y no pudo acabar lo que había comenzado; perdió el habla, y quedó baldado de parálisis, sin poder pronunciar una palabra más, ni dar disposición alguna en los asuntos de su casa.
56Y murió Alcimo de allí a poco, atormentado de grandes dolores.

Báquides vuelve a su país

57Viendo Báquides que había muerto Alcimo, se volvió adonde estaba el rey, y quedó el país en reposo por dos años. 58
58. Los malvados: es decir, los aludidos en el versículo 23 y en 7, 5. Véase su castigo más adelante (versículos 61 y 69).
Pero los malvados todos formaron el siguiente designio: “Jonatás, dijeron, y los que con él están, viven en sosiego y descuidados; ahora es tiempo de hacer venir a Báquides y de que los sorprenda a todos en una noche”.
59Fueron a verse con él, y le propusieron este designio. 60Báquides se puso luego en camino con un poderoso ejército, y envió secretamente sus cartas a los que seguían su partido en la Judea, a fin de que pusiesen presos a Jonatás y a los que le acompañaban; mas no pudieron hacer nada, porque estos fueron advertidos de su designio.

Derrota de Báquides en Betbesen

61Entonces (Jonatás) prendió a cincuenta personas del país, que eran los principales jefes de aquella conspiración, y les quitó la vida. 62
62. Betbesen, en griego Betbasi, se identifica con Chirbet Bet- Bassa, al sudeste de Belén.
En seguida Jonatás se retiró con Simón y los de su partido a Betbesen, que está en el desierto; repararon sus ruinas, y la pusieron en estado de defensa.

63Tuvo noticia de esto Báquides, y juntando todas sus tropas, y avisando a los que tenía en Judea. 64Vino a acampar sobre Betbesen, a la cual tuvo sitiada por mucho tiempo, haciendo construir máquinas de guerra. 65Pero Jonatás, dejando en la ciudad a su hermano Simón, fue a recorrer el país, y volviendo con un buen cuerpo de tropa, 66
66. Odaren, en griego Odomera, nombre desconocido, tal vez un general de Báquides.
derrotó a Odaren, y a sus hermanos, y a los hijos de Faserón en sus propias tiendas, y comenzó a hacer destrozo, y a dar grandes muestras de su valor.
67Simón, empero, y sus tropas salieron de la ciudad, y quemaron las máquinas de guerra; 68atacaron a Báquides y le derrotaron, causándole grandísimo pesar por ver frustrados sus designios y tentativas.

69Y así, lleno de cólera contra aquellos hombres perversos que le habían aconsejado venir a su país, hizo matar a muchos de ellos, y resolvió volverse a su tierra con el resto de sus tropas.

Pacto entre Jonatás y Báquides

70Sabedor de esto Jonatás, le envió embajadores para ajustar la paz con él y que les entregara los prisioneros. 71Báquides los recibió gustosamente, y consintiendo en lo que proponía Jonatás, juró que en todos los días de su vida no volvería a hacerle mal ninguno. 72Le entregó, asimismo, los prisioneros que había hecho antes en el país de Judá; después de lo cual partió para su tierra, y no quiso volver más a la Judea.

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73. Macmás o Micmás, fortaleza situada al norte de Jerusalén. Véase Esdras 2, 27; Isaías 10, 28. Sobre la exterminación de los impíos véase el ejemplo de David en el Salmo 100 y sus notas.
Con esto cesó la guerra en Israel; y Jonatás fijó su residencia en Macmás, donde comenzó a gobernar la nación, y exterminó de Israel a los impíos.
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