‏ 2 Chronicles 12

Invasión del rey de Egipto

1
1 ss. Véase III Reyes 14, 25-31.
Consolidado y afianzado que hubo el reino, abandonó Roboam la Ley de Yahvé, y con él todo Israel.
2Y sucedió que el año quinto del rey Roboam subió Sesac, rey de Egipto, contra Jerusalén —porque (sus habitantes) no eran fieles a Yahvé— 3
3. Suquitas (Vulgata: trogloditas): probablemente nombre de un pueblo.
con mil doscientos carros y sesenta mil jinetes; y no se podía contar la gente que venía con él de Egipto: libios, suquitas y etíopes.
4Tomó las ciudades fortificadas de Judá y llegó hasta Jerusalén.

5Entonces el profeta Semeías vino a Roboam y a los jefes de Judá, que se habían reunido en Jerusalén por miedo a Sesac, y les dijo: “Así dice Yahvé: Vosotros me habéis abandonado, y por esto también Yo os abandono en poder de Sesac.” 6Efectivamente los príncipes de Israel y el rey se humillaron y dijeron: “¡Justo es Yahvé!” 7
7 ss. En este capítulo vemos resumida toda la historia del pueblo de Dios en sus relaciones con Él: en la prosperidad, se rebela contra el Señor, obligándolo a castigarlo. Pero apenas se humilla, recibe los efectos de la inagotable misericordia divina.
Cuando Yahvé vio que se habían humillado, llegó a Semeías la palabra de Yahvé, que decía: “Por haberse ellos humillado, no los destruiré, sino que les concederé un poco de salvación, y no se derramará mi ira sobre Jerusalén por mano de Sesac.
8Pero le quedarán sujetos, para que conozcan lo que es mi servidumbre y la servidumbre de los reinos de los países.”

9
9. En la lista de las victorias que Sesac hizo grabar en la pared del templo de Karnak (Egipto), se leen los nombres de 165 ciudades conquistadas, entre ellas también ciudades de Palestina.
Subió, pues, Sesac rey de Egipto contra Jerusalén y tomó los tesoros de la Casa de Yahvé y los tesoros de la casa real. Lo tomó todo, y se llevó también los escudos de oro hechos por Salomón.
10En su lugar hizo el rey Roboam escudos de bronce, que entregó en manos de los jefes de la guardia que custodiaban la entrada de la casa del rey. 11Y siempre que el rey iba a la Casa de Yahvé, venían los de la guardia y los llevaban; y después volvían a ponerlos en la cámara de la guardia. 12
12. Cf. 19, 3; Génesis 18, 24 ss. Dios se complace muchas veces en aceptar las obras de los que lo aman, para perdonar a los ingratos; es el consolador misterio que se llama comunión de los santos.
A raíz de su humillación se apartó de él la ira de Yahvé, el cual no le destruyó del todo, pues se hallaban aún en Judá algunas obras buenas.

Fin del reinado de Roboam

13El rey Roboam se fortaleció en Jerusalén, y reinó. Roboam tenía cuarenta y un años cuando empezó a reinar, y diez y siete años reinó en Jerusalén, la ciudad que Yahvé había escogido de entre todas las tribus de Israel para poner allí su Nombre. Su madre se llamaba Naamá, ammonita. 14Hizo lo que era malo, porque no había dispuesto su corazón para buscar a Yahvé.

15Las actividades de Roboam, las primeras y las postreras, ¿no están escritas exactamente en la historia del profeta Semeías y del vidente Iddó? Entre Roboam y Jeroboam hubo continuamente guerra. 16
16. Abías se llama en los libros de los Reyes (III Reyes cap. 15) Abíam.
Roboam se durmió con sus padres, y fue sepultado en la ciudad de David. En su lugar reinó su hijo Abías.
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