2 Chronicles 15
Profecía de Azarías
1 ▼▼1. Véase sobre este capítulo el relato paralelo en III Reyes 15, 11-15.
Vino entonces el Espíritu de Dios sobre Azarías, hijo de Oded, 2 ▼▼2 ss. Los expositores entienden esta profecía de la situación religiosa de entonces en el reino de Israel. Aunque este primer sentido es muy verdadero, es innegable la semejanza con Oseas 3, 11; Mateo 24, 15; Marcos 13, 14; Lucas 21, 20. Observa al respecto el P. Páramo: “No solamente se refiere este vaticinio al reinado de Jeroboam y de sus sucesores, en cuyo tiempo dominó la impiedad, sino también al estado actual de los judíos. Esta profecía es muy semejante a la de Oseas, capítulo 3, 4, la cual comúnmente se refiere al infeliz estado de los judíos después de Cristo.”
el cual salió al encuentro de Asá y le dijo: “¡Oídme vosotros, oh Asá y todo Judá y Benjamín! Yahvé estará con vosotros cuando vosotros estéis con Él; y si le buscareis, se dejará hallar de vosotros; mas si le abandonareis, os abandonará. 3Durante mucho tiempo Israel ha estado sin verdadero Dios, sin sacerdote que enseñase, y sin ley. 4Mas cuando en su angustia se volvió a Yahvé, el Dios de Israel, y le buscaron, Él se dejó hallar de ellos. 5En aquel tiempo no había seguridad para los que salían y entraban, sino grandes terrores sobre todos los habitantes de los países. 6Se estrellaba pueblo contra pueblo, y ciudad contra ciudad, porque Dios los conturbaba con toda suerte de aflicciones. 7¡Vosotros, pues, esforzaos, y no se debiliten vuestros brazos! Vuestra obra será recompensada.” Reformas religiosas de Asá
8 ▼▼8. La profecía del profeta Oded: Es preferible el texto de la Vulgata: la profecía de Azarías, hijo de Oded profeta. Por abominaciones se entienden los ídolos y sus estatuas e imágenes.
Al oír Asá estas palabras y la profecía del profeta Oded, cobró fuerza e hizo desaparecer las abominaciones de todo el país de Judá y Benjamín y de las ciudades que había tomado en la montaña de Efraím, y restauró el altar de Yahvé, que estaba ante el pórtico de Yahvé. 9Congregó a todo Judá y Benjamín, y con ellos los forasteros venidos de Efraím, Manasés y Simeón; pues se habían pasado a él muchos de los israelitas, viendo que Yahvé su Dios estaba con él. 10Se reunieron en Jerusalén en el mes tercero del año quince del reinado de Asá. 11En aquel año ofrecieron a Yahvé sacrificios de los despojos que habían traído: setecientos bueyes y siete mil ovejas. 12Y se obligaron por pacto a buscar a Yahvé, el Dios de sus padres, con todo su corazón y con toda su alma; 13y que todo aquel que no buscase a Yahvé el Dios de Israel, muriese, desde el pequeño hasta el grande, fuese varón o mujer. 14Juraron, pues, a Yahvé en alta voz, con gritos de júbilo, y al son de trompetas y clarines. 15 ▼▼15. Les dio reposo: Cf. 14, 6 s. y nota.
Y se regocijó todo Judá con motivo del juramento, porque de todo corazón habían prestado el juramento, y con toda su voluntad le habían buscado. Por eso Él se dejó hallar de ellos; y Yahvé les dio reposo de todas partes. 16 ▼▼16. Un ídolo en honor de Aschera (Astarté): según la Vulgata simulacro de Príapo, dios de la obscenidad.
El rey Asá destituyó también a Maacá, su madre, para que no fuese reina madre, por cuanto ella había hecho un ídolo en honor de Aschera. Asá rompió el ídolo, lo hizo pedazos y lo quemó en el valle del Cedrón. 17Pero los lugares altos no fueron quitados de en medio de Israel, si bien el corazón de Asá fue perfecto en todos sus días. 18Depositó en la Casa de Dios los objetos que había dedicado su padre y él mismo: plata, oro y utensilios. 19No hubo guerra hasta el año treinta y cinco del reinado de Asá.
Copyright information for
SpaPlatense