2 Chronicles 30
Invitación a celebrar la Pascua
1 ▼▼1. El rey Ezequías procuraba conseguir que los israelitas del norte se asociasen al Templo de Jerusalén. La situación histórica parecía tanto más propicia cuánto más aquellos sufrían bajo el yugo de los asirios, los que en 722 destruyeron a Samaria (IV Reyes 17).
Ezequías envió (mensajeros) a todo Israel y Judá, y escribió cartas a Efraím y Manasés, para que viniesen a la Casa de Yahvé, a Jerusalén, a fin de celebrar la Pascua en honor de Yahvé, el Dios de Israel. 2 ▼▼2. Nótese la constante preocupación de las autoridades civiles por las cosas sagradas, en colaboración con las autoridades religiosas. Sobre el retraso de la Pascua, cf. Números 9, 6-13.
Pues el rey y los príncipes y toda la asamblea de Jerusalén habían determinado celebrar la Pascua en el mes segundo; 3puesto que no había sido posible celebrarla a su debido tiempo, porque los sacerdotes no se habían santificado en número suficiente, y el pueblo no se había reunido en Jerusalén. 4Agradó esta resolución al rey y a toda la asamblea. 5Resolvieron, pues, enviar aviso a todo Israel, desde Bersabee basta Dan, para que viniesen a Jerusalén a celebrar la Pascua en honor de Yahvé, el Dios de Israel; porque hacía mucho tiempo que no la habían celebrado al modo prescrito. 6Tras lo cual los correos con las cartas del rey y de sus príncipes recorrieron todo Israel y Judá, como el rey lo había mandado; y decían: “Hijos de Israel, volveos a Yahvé, el Dios de Abrahán, de Isaac y de Israel, y Él se volverá a los que de vosotros han quedado, a los que han escapado de la mano de los reyes de Asiria. 7No seáis como vuestros padres y como vuestros hermanos, que prevaricaron contra Yahvé, el Dios de sus padres; por lo cual Él los entregó a la desolación, como estáis viendo. 8Ahora, no endurezcáis vuestra cerviz como vuestros padres; dad la mano a Yahvé; venid a su Santuario, que Él ha santificado para siempre; servid a Yahvé vuestro Dios, y se apartará de vosotros el furor de su ira. 9Porque si os volvéis a Yahvé, vuestros hermanos y vuestros hijos hallarán misericordia ante aquellos que los llevaron cautivos, y volverán a este país, pues Yahvé, vuestro Dios, es clemente y misericordioso y no apartara de vosotros su rostro, si vosotros os convertís a Él.” 10Recorrieron los correos una ciudad tras otra en el país de Efraím y de Manasés, llegando hasta Zabulón; pero se reían y se burlaban de ellos. 11Sin embargo, algunos de Aser, de Manasés y de Zabulón se humillaron y vinieron a Jerusalén. 12También en Judá se dejó sentir la mano de Dios, que les dio un solo corazón, para cumplir el mandato del rey y de los príncipes, según la palabra de Yahvé. Celebración de la Pascua
13 ▼▼13. La fiesta de los Ácimos: la fiesta de Pascua que en aquel año se celebraba en el segundo mes del año.
Se reunió en Jerusalén mucha gente para celebrar la fiesta de los Ácimos, en el mes segundo; era una asamblea muy grande. 14Y se levantaron y quitaron los altares que había en Jerusalén; quitaron también todos los altares de incienso y los arrojaron en el torrente Cedrón. 15 ▼▼15. Los sacerdotes se avergonzaron y se santificaron en vista del celo del pueblo.
Sacrificaron la pascua, a los catorce días del mes segundo. También los sacerdotes y los levitas, avergonzándose, se santificaron y trajeron holocaustos a la Casa de Yahvé. 16Ocuparon sus puestos según su reglamento, conforme a la Ley de Moisés, varón de Dios; y los sacerdotes derramaban la sangre que recibían de mano de los levitas. 17 ▼▼17. Según la Ley (Números 9, 6), los que no se habían purificado, no podían comer el cordero pascual. Santo Tomás ve señalada en esto la rectitud de corazón con que hay que recibir la Eucaristía (cf. I Corintios 11, 26-30).
Y como muchos de la asamblea no se habían santificado, los levitas fueron encargados de inmolar los corderos pascuales para todos los que no se hallaban puros, a fin de santificarlos para Yahvé. 18Pues una gran multitud de gentes, muchos de Efraím y de Manasés, de Isacar y de Zabulón, que no se habían purificado, comieron la pascua, sin observar lo prescrito. Mas Ezequías oró por ellos, diciendo: “¡Quiera Yahvé en su bondad perdonar a todos aquellos 19cuyo corazón busca al Dios Yahvé, el Dios de sus padres, aunque no se hayan purificado según el (rito del) Santuario!” 20Y oyó Yahvé a Ezequías, y sanó al pueblo. 21Así los hijos de Israel que estaban en Jerusalén celebraron la fiesta de los Ácimos por siete días con gran alegría; y los levitas y los sacerdotes alabaron a Yahvé todos los días, tocando con toda fuerza los instrumentos en honor de Yahvé. 22 ▼▼22. Cf. I Paralipómenos 26, 29 y nota; Malaquías 2, 7.
Ezequías habló al corazón de todos los levitas que manifestaban un buen conocimiento de Yahvé. Comieron durante los siete días (las víctimas) de la fiesta, sacrificando sacrificios pacíficos, y alabando a Yahvé, el Dios de sus padres. Prórroga de la fiesta de Pascua
23Toda la asamblea resolvió celebrar la fiesta por otros siete días, y la celebraron con júbilo por siete días más. 24Porque Ezequías, rey de Judá, había regalado a toda la asamblea mil becerros y siete mil ovejas. Los príncipes, por su parte, habían regalado a la asamblea mil becerros y diez mil ovejas; y ya se habían santificado muchos sacerdotes. 25Toda la asamblea de Judá, los sacerdotes y los levitas, y también toda la multitud que había venido de Israel, y los extranjeros venidos de la tierra de Israel y los que habitaban en Judá, se entregaron a la alegría. 26Hubo gran gozo en Jerusalén; porque desde los días de Salomón, hijo de David, rey de Israel, no había habido (fiesta) semejante en Jerusalén. 27 ▼▼27. Es la bendición solemne que solo los sacerdotes podían impartir. Cf. Números 6, 23.
Al fin se levantaron los sacerdotes, hijos de Leví, y bendijeron al pueblo; y fue oída su voz, pues su oración penetró en el cielo, Su santa morada.
Copyright information for
SpaPlatense