‏ 2 Maccabees 11

Derrota de Lisias

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1. Ayo del rey: procurador o ministro. Pariente: No ha de tomarse en sentido propio, sino como título. Véase I Macabeos 11, 31 y nota; 2, 18 y nota. Los Grandes de España son llamados primos del rey. Lo mismo en Italia los de la Orden de la Annunziata, y en Inglaterra los de la Orden de la Jarretera.
Pero poco tiempo después Lisias, ayo del rey y su pariente, que tenía el manejo de los negocios, sintiendo mucho pesar por lo que había acaecido,
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2. La ciudad: Jerusalén. Querer hacer de ella una ciudad de paganos era ir contra el plan de Dios que la eligió por morada santa. Solo la infidelidad de la Ciudad Santa había de merecer de Jesús la tremenda profecía de Lucas 21, 24. Cf. Apocalipsis 11, 2.
juntó ochenta, mil hombres de a pie, y toda la caballería, y se dirigió contra los judíos con el designio de tomar la ciudad, y darla a los gentiles para que la poblasen,
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3. Vender el sumo sacerdocio: como se había hecho con Jasón (4, 7 s.) y con Menelao (4, 24 s.).
y sacar del Templo grandes sumas de dinero, como de los otros templos de los paganos, y vender anualmente el Sumo Sacerdocio;
4sin reflexionar en el poder de Dios, sino confiando neciamente en su numerosa infantería, en los miles de caballos, y en ochenta elefantes. 5
5. Cinco estadios: Conviene leer ciento cincuenta estadios (aproximadamente 25 kilómetros), lo que corresponde más o menos a la distancia entre Jerusalén y Betsura.
Y habiendo entrado en Judea, y acercándose a Betsura, situada en una garganta a cinco estadios de Jerusalén, atacó esta plaza.
6Pero luego que el Macabeo y su gente supieron que los enemigos habían comenzado a sitiar las fortalezas, rogaban al Señor con lágrimas y suspiros, a una con todo el pueblo, que enviase un Ángel bueno para que salvase a Israel.

7El mismo Macabeo, tomando las armas el primero de todos, exhortó a los demás a exponerse como él a los peligros, a fin de socorrer a sus hermanos. 8
8. Un personaje a caballo: Tal vez el Arcángel San Miguel, protector del pueblo judío (Daniel 12, 1). Véase 10, 29 s. Vestido de blanco: También en el Apocalipsis los ejércitos celestiales luchan vestidos de blanco (Apocalipsis 19, 14).
Mientras que iban marchando todos con ánimo denodado, se les apareció, al salir de Jerusalén, un personaje a caballo, que iba vestido de blanco, con armas de oro, y blandiendo la lanza.
9Entonces todos a una bendijeron al Señor misericordioso, y cobraron nuevo aliento, hallándose dispuestos a pelear, no solo contra los hombres, sino hasta contra las bestias más feroces, y a penetrar muros de hierro.

10Caminaban con esto llenos de ardimiento, teniendo en su ayuda al Señor, que desde el cielo hacía resplandecer sobre ellos su misericordia. 11Así que, arrojándose impetuosamente como leones sobre el enemigo, mataron once mil de a pie, y mil seiscientos de a caballo; 12y pusieron en fuga a todos los demás, la mayor parte de los cuales escaparon heridos y despojados, salvándose el mismo Lisias por medio de una vergonzosa fuga.

Judas consigue la paz

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13. Era muy frecuente en los pueblos paganos este reconocimiento de la ayuda extraordinaria que Israel recibía cuando era fiel a su Dios. Véase 8, 36; Judit 5, 5 ss.
Y como no le faltaba talento, meditando para consigo la pérdida que había tenido, y conociendo que los hebreos eran invencibles cuando se apoyaban en el socorro del Dios Todopoderoso, les envió comisionados;
14y les prometió condescender en todo aquello que fuese justo, y que persuadiría al rey que hiciese amistad con ellos. 15
15. Lección de sabiduría política que renuncia a la venganza y a los dictados del orgullo colectivo. Más tarde llegaría el momento del castigo (cf. 12, 5 y nota). Véase otro caso semejante en 12, 24 s. Cf. también I Macabeos 16, 3 y nota.
Asintió el Macabeo a la demanda de Lisias, atendiendo en todo a la utilidad pública; y en efecto, concedió el rey todo lo que había pedido Judas a favor de los judíos en la carta que escribió a Lisias.

Carta de Lisias a los judíos

16La carta que Lisias escribió a los judíos era del tenor siguiente: 17“Lisias al pueblo de los judíos, salud. Juan y Abesalom, vuestros enviados, al entregarme vuestro escrito, me pidieron que hiciese lo que ellos proponían. 18Por tanto, expuse al rey todo lo que podía representársele, y ha otorgado cuanto le ha permitido el estado de los negocios. 19Y si vosotros guardáis fidelidad en lo tratado, yo también procuraré en lo sucesivo proporcionaros el bien que pudiere. 20Por lo que hace a los demás asuntos, he encargado a vuestros diputados, y a los que yo envío, que de boca traten de cada uno de ellos con vosotros. 21
21. El mes de Dióscoro: probablemente el que se intercalaba para coordinar el año lunar con el solar.
Pasadlo bien. A veinticuatro del mes de Dióscoro del año ciento cuarenta y ocho.”

Carta del rey a Lisias

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22. Hermano: Aquí título, como padre, pariente y amigo. Véase versículo 1 y nota.
La carta del rey decía así: “El rey Antíoco a Lisias, su hermano, salud.
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23. Trasladado entre los dioses: Fórmula común en aquel tiempo, para expresar la apoteosis que se tributaba a los reyes muertos. La Roma de los Césares practicaba la misma costumbre.
Después que el rey, nuestro padre, fue trasladado entre los dioses, nos, deseando que nuestros súbditos vivan en paz, y puedan atender a sus negocios;
24y habiendo sabido que los judíos no condescendieron con mi padre en que abrazasen los ritos de los griegos, sino que han querido conservar sus costumbres, y por esta razón nos piden que les concedamos vivir según sus leyes; 25por tanto, queriendo nos que esta nación goce también de paz, hemos ordenado y decretado que se les restituya el Templo, a fin de que vivan según las costumbres de sus mayores. 26En esta conformidad harás bien en enviarles comisionados para hacer con ellos la paz, a fin de que enterados de nuestra voluntad cobren buen ánimo y se apliquen a sus intereses particulares.”

Carta del rey a los judíos

27La carta del rey a los judíos era del tenor siguiente: “El rey Antíoco al senado de los judíos, y a todos los demás judíos, salud. 28Si estáis buenos, esto es lo que os deseamos. Por lo que hace a nos, lo pasamos bien. 29Menelao ha venido a nos para hacernos presente que deseáis venir a tratar con los de vuestra nación que están con nosotros. 30
30. Xántico: el mes sexto del calendario macedonio (marzo- abril).
Por tanto, damos salvoconducto a aquellos que vengan hasta el día treinta del mes de Xántico;
31y permitimos a los judíos que usen de sus viandas, y vivan según sus leyes como antes; sin que ninguno pueda ser molestado por razón de las cosas hechas por ignorancia. 32Y finalmente, os hemos enviado a Menelao para que lo trate con vosotros. 33Pasadlo bien. A quince del mes de Xántico del año ciento cuarenta y ocho.”

Carta de los romanos a los judíos

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34 ss. Tenemos aquí un ejemplo de la diplomacia de Roma que aprovechaba cualquier ocasión para meterse en los asuntos de otros pueblos y ampliar así su esfera de influencia, hasta someter poco a poco todos los países desde España hasta Mesopotamia y desde Britania hasta Egipto.
Asimismo los romanos enviaron también una carta en estos términos: Quinto Memmio, y Tito Manilio, legados de los romanos, al pueblo de los judíos, salud.
35Las cosas que os ha concedido Lisias, pariente del rey, os las concedemos igualmente nosotros. 36Y por lo que hace a las otras, sobre las cuales juzgó Lisias deber consultar al rey, enviad cuanto antes alguno, después que hayáis conferenciado entre vosotros, a fin de que resolvamos lo que os sea más ventajoso; pues estamos para marchar hacia Antioquía. 37Daos, pues, prisa a responder, para que sepamos de este modo lo que deseáis. 38Pasadlo bien. A quince del mes de Xántico, del año ciento cuarenta y ocho.
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