‏ 2 Maccabees 2

Cómo Jeremías escondió el Arca del Tabernáculo

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1. Los aludidos escritos no se han conservado. Es preferible la lección griega: Se halla en los archivos que el profeta Jeremías ordenó, etc. Así Crampón, Henne, Fillion (en la nota).
Se lee en los escritos del profeta Jeremías, cómo mandó él a los que eran conducidos al cautiverio que tomasen el fuego del modo que queda referido, y cómo prescribió varias cosas a aquellos que eran llevados cautivos.
2Les dio asimismo la Ley, para que no se olvidasen de los mandamientos del Señor, y no se pervirtiesen sus corazones con la vista de los ídolos de oro y plata y de su pompa. 3Y añadiéndoles otros varios avisos, los exhortó a que jamás apartasen de su corazón la Ley. 4
4. El Tabernáculo, esto es, el Tabernáculo antiguo de Moisés y el Arca de la Alianza que se guardaban en el Templo (III Reyes 8, 4). Cf. IV Reyes capítulo 25; Salmo 98, 5 y nota; Apocalipsis 11, 19; 15, 5. Aquel monte: el monte Nebo (Deuteronomio 32, 49; 34, 1). Si alguno arguye: ¿Cómo pudo Jeremías librarse de los babilonios y trasladarse con el Arca al monte Nebo?, hay que responder que el mismo Nabucodonosor dio orden a sus generales que tratasen a Jeremías con distinción, por lo cual estos le sacaron de la cárcel y le entregaron al nuevo gobernador, para que pudiese vivir en plena libertad (Jeremías 39, 11-14). Véase Ezequiel 41, 26 y nota.
También se leía en aquella escritura que este profeta, por una orden expresa que recibió de Dios, mandó llevar consigo el Tabernáculo y el Arca, hasta que llegó a aquel monte, al cual subió Moisés, y desde donde vio la herencia de Dios;
5y que habiendo llegado allí Jeremías, halló una cueva, donde metió el Tabernáculo, y el Arca, y el altar del incienso, tapando la entrada; 6y algunos de aquellos que le seguían se acercaron para dejar notado este lugar, pero no pudieron hallarlo. 7
7 s. Grandiosa profecía, “que algunos entienden del tiempo en que volvieron los judíos con Esdras de Babilonia. Pero como después de este tiempo no se habla del Tabernáculo, ni del Arca en ningún lugar de la Escritura; y por otra parte, cuando Tito se hizo dueño del templo y de Jerusalén, no se hace mención de ellos entre los despojos que de allí tomó, ni se dice que los llevase en triunfo como acostumbraban hacer los romanos, ni tampoco se registran en el arco de Vespasiano (Tito), en donde se ve el candelero; por eso la tradición de los Padres, y aun de los mismos hebreos, nos persuade de que no estuvieron en el segundo templo, y que no serán hallados hasta que se conviertan los judíos, que será al fin del mundo” (Scío). Así también Cornelio a Lapide. Cf. Éxodo 40, 34; Números 9, 15; III Reyes 8, 10.
Lo que sabido por Jeremías, los reprendió, y les dijo: “Este lugar permanecerá ignorado hasta tanto que Dios congregue todo el pueblo, y use con el de misericordia;
8entonces el Señor manifestará estas cosas, y aparecerá la majestad del Señor, y se verá la nube que veía Moisés, y cual se dejó ver cuando Salomón pidió que fuese santificado el Templo para el gran Dios. 9
9 s. Cf. Levítico 9, 23 s.; véase III Reyes 8, 62-63; II Paralipómenos 5, 6; 7, 1 ss.
Porque dio grandes muestras de su sabiduría; y estando lleno de ella, ofreció el sacrificio de la dedicación y santificación del Templo.
10Y así como Moisés hizo oración al Señor, y bajó fuego del cielo y consumió el holocausto, así también oró Salomón, y bajó fuego del cielo, y consumió el holocausto. 11Y dijo Moisés: Por no haber sido comida la hostia ofrecida por el pecado, por eso ha sido consumida. 12Celebró igualmente Salomón, por espacio de ocho días la dedicación.

Bibliotecas de Nehemías y Judas

13
13. He aquí una preciosa noticia acerca del canon del Antiguo Testamento. Los libros de David: los Salmos. Véase I Macabeos 12, 9 y nota.
Estas mismas noticias se encontraron también anotadas en los escritos y comentarios de Nehemías, donde se lee que el formó una biblioteca, habiendo recogido de varias regiones los libros de los profetas, los de David, y las cartas de los reyes, y lo concerniente a sus donativos.
14A este modo recogió también Judas todo cuanto se había perdido durante la guerra que sufrimos; todo lo cual se conserva en nuestro poder. 15Si vosotros deseáis tener estos escritos, enviad personas que puedan llevároslos. 16Y estando ahora para celebrar la fiesta de la Purificación, os hemos dado aviso de ello; y así haréis bien si celebrareis estos días. 17Entretanto esperamos que Dios, que ha libertado a su pueblo, que ha vuelto a todos su herencia, que ha restablecido el reino y el sacerdocio, y el Santuario, 18
18. Lugar santo: Jerusalén y Palestina. Acerca de esta esperanza del piadoso Macabeo véase Deuteronomio 4, 25 ss.; 28, 1 ss.; 30, 3-10; Jeremías 30, 3; 31, 31-36; Éxodo 37, 23-28; Oseas 3, 4 s.; Amós 9, 14 s.; Miqueas 4, 6 s.; Zacarías 8, 3, etc.
conforme lo había prometido en la Ley, se apiadará bien presto de nosotros, y nos reunirá de todas las partes del mundo en el lugar santo;
19puesto que nos ha sacado de grandes peligros, y ha purificado el Templo.

PRÓLOGO

20
20. Con el versículo 20 comienza el Prólogo propiamente dicho, en que el autor informa acerca del carácter y alcance de su trabajo. Según el versículo 24 sus fuentes han sido los cinco libros de un cierto Jasón de Cirene, escritor desconocido, si no es el mismo que en I Macabeos 8, 17 se menciona entre los embajadores enviados a Roma. Según el versículo 29, el autor sagrado deja a ese Jasón la garantía de las afirmaciones de él tomadas.
Por lo que mira a Judas Macabeo y a sus hermanos, y a la purificación del gran Templo, y a la dedicación del altar,
21así como a lo que toca a las guerras que hubo en tiempo de Antíoco el ilustre, y en las de su hijo Eupator, 22
22. Señales en el aire: El griego parece referirse simplemente a la visible protección en los triunfos que hemos visto.
y a las señales que aparecieron en el aire a favor de los que combatían valerosamente por la nación judía, de tal suerte que, siendo en corto número, defendieron todo el país, y pusieron en fuga la muchedumbre de bárbaros,
23recobrando el Templo más célebre que hay en el mundo, y librando la ciudad, y restableciendo la observancia de las leyes, las cuales se hallaban abolidas, habiéndoles favorecido el Señor con toda suerte de prosperidades; 24estas cosas que escribió en cinco libros Jasón de Cirene, hemos procurado nosotros compendiarlas en un solo volumen. 25Pues considerando la multitud de libros, y la dificultad que acarrea la multiplicidad de noticias a los que desean internarse en las narraciones históricas, 26hemos procurado que los que quisieren leerlas, hallen placer en su corazón, y que los aplicados puedan más fácilmente retenerlas en su memoria, y sean útiles a todos los que las leyeren. 27Y a la verdad, habiéndonos empeñado en hacer este compendio, no hemos emprendido una obra de poca dificultad, sino un trabajo que pide grande aplicación y sudor.

28Emprendemos de buena gana esta tarea por la utilidad que de ella resultará a muchos; a semejanza de aquellos que teniendo a su cargo el preparar un convite, se dedican del todo a satisfacer el gusto de los convidados. 29
29. El griego dice más claramente: Dejando al autor (Jasón de Cirene) la diligencia de tratar exactamente de cada cosa, nosotros (el autor sagrado) nos esforzamos a seguir las normas de un resumen.
La verdad de los hechos que se refieren va sobre la fe de los autores que los escribieron; pues por lo que hace a nosotros, trabajaremos solamente en compendiarlos conforme al designio que nos hemos propuesto.
30Y a la manera que un arquitecto que emprende edificar una casa nueva, debe cuidar de toda la fábrica; y aquel que la pinta, ha de buscar las cosas que son a propósito para su ornato; del mismo modo se debe juzgar de nosotros. 31En efecto al autor de una historia atañe el recoger los materiales, y ordenar la narración, inquiriendo cuidadosamente las circunstancias particulares de lo que cuenta; 32mas al que compendia se le debe permitir que use un estilo conciso, y que evite el extenderse en largos discursos. 33Basta ya de exordio, y empecemos nuestra narración; porque no sería cordura prolongar el discurso preliminar a la historia, y abreviar después el cuerpo de ella.
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