‏ 2 Samuel 5

II. DAVID, REY DE TODO ISRAEL

David aclamado rey por todo Israel

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1 ss. Cf. I Paralipómenos 11, 1-9. Es la tercera unción (versículo 3). La primera tuvo lugar en Belén, en la casa de Isaí, su padre (I Reyes 16, 13); la segunda en Hebrón cuando le eligieron rey los ancianos de la tribu de Judá. Con esta tercera unción David es reconocido rey de todo Israel. La guerra civil ha llegado a su fin, y el rey puede dedicarse a la organización del país y a las guerras contra los enemigos exteriores. Cuarenta años (versículo 4): es decir, desde el año 1010 hasta el 970. “Es superfluo recordar que todas estas cifras deben entenderse con arreglo a la ley de una prudente aproximación” (Ricciotti), tomando en cuenta la típica cifra 40, que en el Antiguo Testamento (y también en el Nuevo) se usa preferentemente para indicar un espacio de tiempo bastante largo. Cf. Génesis 7, 4; 25, 20; 26, 34; 50, 3; Éxodo 16, 35; 24, 18; 34, 28; Núm. 13, 26; 14, 33 s.; 32, 10; Deuteronomio 1, 3; 9, 9; Josué 5, 6; 14, 7; Jueces 3, 11; 5, 32; 8, 28; 13, 1; I Reyes 4, 18; 17, 16; II Reyes 2, 10; 4, 4; 15, 7; III Reyes 11, 42; 19, 8; IV Reyes 12, 1; I Paralipómenos 26, 31; II Paralipómenos 9, 30; 24, 1; Ezequiel 4, 6; Jonás 3, 4; II Macabeos 10, 33, etc.
Entonces llegaron todas las tribus de Israel a David, a Hebrón, y le hablaron, diciendo: “He aquí que hueso tuyo y carne tuya somos.
2Ya anteriormente, cuando Saúl era rey sobre nosotros, capitaneabas tú a Israel en sus salidas y en sus entradas. Además te ha dicho Yahvé: ‘Tú apacentarás a Israel mi puedo, y tú serás el príncipe sobre Israel’.” 3Llegaron, pues, todos los ancianos de Israel al rey, a Hebrón, y el rey David hizo alianza con ellos delante de Yahvé en Hebrón; y ellos ungieron a David por rey sobre Israel. 4Treinta años tenía David cuando comenzó a reinar, y reinó cuarenta años. 5En Hebrón reinó sobre Judá siete años y seis meses; y en Jerusalén reinó treinta y tres años sobre todo Israel y Judá.

Conquista de Jerusalén

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6. Los ciegos y los cojos bastarán para rechazarte , etc.: Texto oscuro. Vulgata: no entrarás aquí, si no echares a los ciegos y a los cojos que dicen: no entrará David aquí. Quiere decir: La fortaleza es inexpugnable.
Y marchó el rey con su gente a Jerusalén, contra los jebuseos, que habitaban todavía en el país. Estos decían a David: “Aquí no entrarás; los ciegos y los cojos bastarán para rechazarte con solo decir: ¡David no entrará aquí!”
7Sin embargo David se apoderó de la fortaleza de Sión, que es la ciudad de David, 8
8. Vulgata: Porque David había prometido aquel día premio al que hiriese a los jebuseos y ganase lo alto de sus techos y echase a los ciegos y a los cojos, enemigos del alma de David, etc. El P. Fernández (Topografía Palestinense, p. 190) califica el texto de los versículos 6-8 “oscuro y erizado de dificultades” y prefiere el de I Paralipómenos 11, 5-6, que es “claro y fácil”, mas agrega “que el texto de II Reyes no se ha de modificar conforme al de Paralipómenos, ni se han de introducir en este elementos propios de aquel”. Según I Paralipómenos 11, 6, el primero que matase al jebuseo sería príncipe y capitán. Las investigaciones de los PP. Vincent y Abel han descubierto un túnel que va de la fuente de Siloé (hoy día “Fuente de María”) a lo alto de la colina sudoriental de Jerusalén, que es el Sión. Este túnel es evidentemente el canal del cual se habla aquí. Fundándose en este descubrimiento, los expositores modernos no dudan de que el nombre de Sión corresponde a la parte meridional de la colina donde más tarde se levantara el Templo. En tiempos cristianos el nombre se trasladó a la colina que se yergue al sudoeste de la ciudad, donde hoy se encuentra el convento de los Benedictinos y la Iglesia de la Dormición y donde también ha sido localizado el Cenáculo. Entrará en la casa; según San Jerónimo, en el Templo.
En aquel día dijo David: “¿Quién bate a los jebuseos, acercándose por el canal y (saca) a esos ‘cojos y ciegos’, aborrecidos del alma de David?” Por eso se dice: “Ni ciego ni cojo entrará en la casa.”
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9. Millo: El arqueólogo Schick sostiene que Millo es el terraplén que aún hoy existe junto al ángulo sudoeste de la explanada del templo, donde está la Puerta de los Mogrebinos. Se construyó, según él, para interceptar el valle del Tyropoeon, y cerrar de esta manera el paso que por este lado quedaba abierto hacia la ciudad, que se hallaba en el Ofel. Como ya en tiempo de David se habla del Millo, piensa Schick que este existía ya en la fortaleza de los jebuseos; que David emprendió en él varios trabajos, pero que solo Salomón llevó a término la grande obra. El P. Vincent ha aceptado la identificación de Schick, solo que rechaza la mención del Millo al tiempo de David, eliminándola, quizá sin bastante fundamento crítico, como glosa posterior (Fernández. Flor. Bibl. IX, 9).
David se estableció en la fortaleza, y la llamó ciudad de David. David hizo construcciones al contorno, desde el Millo para adentro.
10Así se hizo David cada vez más grande, y Yahvé, el Dios de los Ejércitos, estaba con él.

Embajada del rey de Tiro

11Hiram, rey de Tiro, envió mensajeros a David, con madera de cedro, y carpinteros y canteros, los cuales edificaron una casa para David. 12Y conoció David que Yahvé le había confirmado como rey sobre Israel, y que había ensalzado su reino, por amor de Israel, su pueblo.

Hijos de David

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13 ss. Véase 3, 2-5; I Reyes 25, 43; I Paralipómenos 3, 5 ss. y notas.
Tomó David más concubinas y mujeres de Jerusalén, después que vino de Hebrón; y le nacieron a David más hijos e hijas.
14Estos son los nombres de los que le nacieron en Jerusalén: Samúa, Sobab, Natán, Salomón, 15Ibhar, Elisúa, Néfeg, Jafía, 16Elisamá, Eliadá y Elifélet.

Victoria sobre los filisteos

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17. La expansión del reino de David despertó a los filisteos que se creían dueños de todo el país. “El rápido engrandecimiento del pequeño rey, vasallo de los filisteos, les disgustó sobremanera, tanto más cuanto que aquel rey demostró bien pronto que, como había dejado de ser pequeño, entendía también que dejaba de ser vasallo” (Ricciotti, Historia de Israel, núm. 369).
Luego que los filisteos oyeron que David había sido ungido rey sobre Israel, subieron todos ellos en busca de David. Tan pronto como lo supo David bajó a la fortaleza.
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18 ss. El valle de Refaím se extiende al sudoeste de Jerusalén. Los filisteos fueron derrotados bajo los muros de Jerusalén, en el lugar que de este feliz acontecimiento recibió el nombre de Baal-Ferasim o sea “Señor de la dispersión” o de la rotura, porque allí fueron dispersados los filisteos y quedó roto su poder. El profeta Isaías recuerda esta victoria en 28, 21.
Entretanto vinieron los filisteos y se extendieron por el valle de Refaím.
19Entonces consultó David a Yahvé preguntando: “¿Subiré contra los filisteos? ¿Los entregarás en mis manos?” Y Yahvé respondió a David: “Sube, que sin falta entregaré a los filisteos en tus manos.” 20Vino, pues, David a Baal-Ferasim y allí los derrotó y dijo: “Yahvé ha roto a mis enemigos, delante de mí, como rompen las agitas.” Por lo cual fue llamado aquel lugar Baal-Ferasim. 21(Los filisteos) dejaron allí sus ídolos, donde David y su gente los recogieron.

22Volvieron los filisteos a subir y se desparramaron por el valle de Refaím. 23
23. Arboles de bálsamo . La Vulgata dice perales. Es de notar que no hay perales en esta región de Palestina; de ahí la traducción bálsamos. Cf. Vigouroux, Polyglotte II, p. 477.
Y consultó David a Yahvé; el cual respondió: “No subas; da la vuelta por detrás de ellos, y atácalos desde el lado de los árboles de bálsamo.
24Y cuando oyeres el ruido de pasos por las copas de los árboles de bálsamo, te darás prisa, porque entonces sale Yahvé delante de ti para derrotar al ejército de los filisteos.” 25David, lo hizo así, según se lo había mandado Yahvé; y derrotó a los filisteos desde Gueba hasta la entrada de Guézer.
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