2 Samuel 6
Traslado del arca a la casa de Obededom
1 ▼▼1 ss. Cf. I Paralipómenos 13, 6-14. El Arca de Dios se hallaba todavía en Gabaá (cf. I Reyes 7, 1 y nota), a pocos kilómetros de Jerusalén, cerca de Kiryatyearim, cuyo nombre cananeo era, según Josué 15, 9, Baalá, o Baalé-Judá (la Vulgata traduce: tribu de Judá). Yahvé de los ejércitos (versículo 2). “Expresión propia del autor de los primeros dos libros de los Reyes; mas aparece también en los libros proféticos” (Vigouroux, Polyglotte).
David congregó de nuevo a todos los escogidos de Israel: treinta mil hombres. 2Y levantándose David, con todo el pueblo que lo acompañaba, se puso en marcha desde Baalé-Judá, para traerse de allí el Arca de Dios, sobre la cual es invocado el Nombre de Yahvé de los Ejércitos, sentado sobre los querubines. 3CoIocaron el Arca de Dios sobre un carro nuevo, y la llevaron de la casa de Abinadab, situada en el collado; Ozá y Ahío, hijos de Abinadab, conducían el carro nuevo. 4Lo sacaron de la casa de Abinadab, que está en el collado, junto con el Arca de Dios; y Ahío iba delante del Arca. 5David y toda la casa de Israel hacían danzas delante de Yahvé, con toda suerte de instrumentos de madera de ciprés; con cítaras, salterios, tamboriles, sistros y címbalos. 6Cuando llegaron a la era de Nacón, extendió Ozá la mano hacia el Arca de Dios y la agarró, porque los bueyes resbalaban. 7 ▼▼7. Estaba prohibido tocar el Arca (Núm. 4, 15 y 19). En la traslación no aparecen sacerdotes y se usó, contra la Ley, un carro (véase Éxodo 25, 10 ss.; Núm. 4, 18 ss.).
Entonces se encendió la ira de Yahvé contra Ozá, y le hirió allí Dios por su temeridad, y murió en ese mismo lugar, junto al Arca de Dios. 8David se consternó por cuanto había estallado la ira de Yahvé contra Ozá, y se llamó aquel sito Pérez- Ozá hasta el día de hoy. 9Y David tuvo temor de Yahvé en aquel día, y dijo: “¿Cómo he de traer a mí el Arca de Dios?” 10 ▼▼10. Obededom era levita, según I Paralipómenos 16, 3.
Y no quiso David que se llevase el Arca de Yahvé hacia él, a la ciudad de David, por lo cual la trasladó a la casa de Obededom geteo. 11Permaneció, pues, el Arca de Yahvé tres meses en la casa de Obededom geteo, y Yahvé bendijo a Obededom y a toda su casa. Traslado del arca a Jerusalén
12Dijeron al rey David: “Ha bendecido Yahvé a la casa de Obededom y a todo cuanto tiene, por causa del Arca de Dios.” Entonces fue David, y con gran júbilo trasladó el Arca de Dios desde la casa de Obededom a la ciudad de David. 13Apenas los portadores del Arca de Yahvé habían andado seis pasos, fue inmolado un toro y un novillo cebado. 14 ▼▼14. Véanse más detalles en I Paralipómenos 15. Así como otros movimientos rítmicos, también la danza formaba antiguamente parte de los ritos religiosos. “Este detalle del culto de Yahvé no tiene nada de extraño para nosotros, que vemos esto mismo en el culto cristiano en ciudades y pueblos de España. En los Salmos 149, 3 y 150, 4, el salmista invita a alabar a Yahvé con danzas” (Nácar-Columba). Santa Teresa, que era muy devota del santo Rey David —lo dice dos veces—, defiende la conducta del rey con estas palabras: “No me espanto de lo que hacía el rey David cuando iba delante del Arca del Señor” (Libro de las Fundaciones, 27, 20). Sobre el efod véase Éxodo 28, 6 y nota. San Ambrosio ve en David vestido del efod una figura de Cristo, el Eterno Sacerdote.
David danzaba con toda su fuerza delante de Yahvé e iba ceñido de un efod de lino fino. 15Así David y toda la casa de Israel subieron el Arca de Yahvé con gran júbilo y al son de trompetas. 16Al entrar el Arca de Dios en la ciudad de David, Micol, hija de Saúl, miró por la ventana, y viendo al rey David cómo saltaba y danzaba delante de Yahvé, le despreció en su corazón. 17 ▼▼17. Ofreció David holocaustos, a pesar de no pertenecer a la clase sacerdotal. Véase sobre este privilegio Salmo 98, 6 y nota.
Introdujeron, pues, el Arca de Yahvé y la colocaron en su lugar, en medio del Tabernáculo que David había levantado para ella. Luego ofreció David ante Yahvé holocaustos y sacrificios pacíficos. 18Habiendo terminado de ofrecer los holocaustos y los sacrificios pacíficos David bendijo al pueblo en nombre de Yahvé de los Ejércitos. 19Después repartió a todo el pueblo, a toda la muchedumbre de Israel, hombres y mujeres, a cada cual una torta de pan, una porción de carne y un pastel de pasas. Con esto se retiró todo el pueblo, cada cual a su casa. Castigo de Micol
20 ▼▼20. Micol pertenece a aquellas personas mundanas que no pueden comprender que delante de Dios todos somos niños. La respuesta de David es simplemente sublime y muestra en él ese espíritu que le hizo predilecto de Dios. De ahí que, no obstante las profundas caídas de este santo, Dios declara por boca de San Pablo, que fue un varón según Su corazón y que hizo Su voluntad (Hechos 13, 22). Cf. Eclesiástico 47, 9.
Cuando David se retiró para bendecir a su casa, le salió al encuentro Micol, hija de Saúl, y le dijo: “¡Qué bella figura ha hecho hoy el rey de Israel, descubriéndose a la vista de las siervas de sus servidores, al modo que se desnuda un bufón!” 21Pero David respondió a Micol: “Delante de Yahvé, que con preferencia a tu padre y a toda su casa me eligió para constituirme príncipe del pueblo de Yahvé, de Israel, delante de Yahvé he danzado. 22Y me humillaré todavía más y me haré despreciable a mis propios ojos, y seré tenido en honor por las siervas de que has hablado.” 23 ▼▼23. No tuvo hijo hasta el día de su muerte: Tenemos aquí una característica de la gramática hebrea que usa la partícula “hasta” en otro sentido que las lenguas modernas. Cf. Génesis 8, 7 (Vulgata); Mateo 1, 25 y notas. Véase 21, 8 y nota.
Y Micol, hija de Saúl, no tuvo hijo hasta el día de su muerte.
Copyright information for
SpaPlatense