‏ Deuteronomy 16

La Pascua

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1. Cf. Éxodo 23, 14 s.; 34, 18 ss.; Levítico 23, 5 ss.; Números 28, 16 s. Abib: Así se llamaba el primer mes del año litúrgico (marzo-abril). Más tarde su nombre era Nisán.
Guarda el mes de Abib, y celebra la Pascua en honor de Yahvé, tu Dios, pues en el mes de Abib Yahvé, tu Dios, te sacó de Egipto, durante la noche.
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2. De aquí deducen algunos que se empleaban también, en lugar del cordero pascual, ovejas y vacas. San Agustín observa acertadamente que Moisés habla de los sacrificios pacíficos que se ofrecían durante la semana de Pascua.
Inmolarás como pascua a Yahvé, tu Dios, ganado menor y mayor en el lugar que Yahvé haya elegido para morada de su nombre.
3No comerás con ella pan fermentado: por siete días comerás con ella panes ácimos, el pan de la aflicción —porque de prisa saliste de la tierra de Egipto— para que te acuerdes del día de tu salida del país de Egipto, todos los días de tu vida. 4Durante siete días no se verá levadura contigo en todos tus términos, y de la víctima inmolada a la tarde del día primero, no quedará nada hasta el día siguiente. 5No podrás sacrificar la pascua en cualquiera de las ciudades que Yahvé, tu Dios, te dará; 6solo en el lugar que Yahvé, tu Dios, escogiere para morada de su nombre, allí has de sacrificar la pascua por la tarde, al ponerse el sol, a la hora en que saliste de Egipto. 7La cocerás y la comerás en el lugar escogido por Yahvé, tu Dios, y a la mañana siguiente te volverás para irte a tus tiendas. 8Seis días comerás panes ácimos, y el día séptimo habrá asamblea solemne en honor de Yahvé, tu Dios; no harás en él ningún trabajo.

Pentecostés

9Contarás siete semanas. Desde el día en que empieces a meter la hoz en la mies, comenzarás a contar siete semanas; 10
10. La fiesta de las Semanas: Pentecostés. Cf. Éxodo 23, 16; 34, 22; Levítico 23, 9 ss.; Números 28, 26 ss.
y después celebrarás la fiesta de las Semanas en honor de Yahvé, tu Dios, con generosas ofrendas voluntarias de tu mano, que ofrecerás conforme Yahvé, tu Dios, te haya bendecido.
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11. Véase 14, 29; Números 18, 21 y notas.
Y te regocijarás en presencia de Yahvé, tu Dios, tú, tu hijo y tu hija, tu siervo y tu sierva, y el levita que mora dentro de tus puertas, juntamente con el extranjero, el huérfano y la viuda que habitan en medio de ti, en el lugar elegido por Yahvé, tu Dios para morada de su nombre.
12Acuérdate de que fuiste siervo en Egipto; por lo cual observa y pon en práctica estas leyes.

La fiesta de los Tabernáculos

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13. Véase Éxodo 23, 16; 34, 22; Levítico 23, 33 ss.; Números 29, 12 ss.
Celebrarás la fiesta de los Tabernáculos por siete días, una vez acabada la cosecha de tu era y de tu lagar.
14Y te regocijarás en tu fiesta, tú, tu hijo y tu hija, tu siervo y tu sierva, y también el levita, el extranjero, el huérfano y la viuda, que habitan en tus ciudades. 15
15. Entrégate a la alegría, porque la alegría es inseparable del amor a Dios. “Servid al Señor con alegría”, dice el salmista (Salmo 99, 2), y en el Nuevo Testamento San Pablo nos exhorta en el versículo más corto de la Biblia a alegrarnos siempre (I Tesalonicenses 5, 16). “Aquel que recuerda a un excelente amigo, dice San Crisóstomo, recubra valor y siente su corazón lleno de alegría con tan dulce recuerdo. Quien trae a su memoria la idea de aquel Dios tan bueno, que se dignó amarnos tiernamente, ¿cómo puede estar triste, o sentir alguna impresión siniestra o temer algún peligro?” (Hom. 26 Epist. ad Hebreos).
Siete días celebrarás fiesta en honor de Yahvé, tu Dios, en el lugar escogido por Yahvé; porque Yahvé, tu Dios, te bendecirá en todos tus productos y en todas las obras de tus manos. Entrégate, por tanto, a la alegría.

16
16. Tres veces al año: Cf. Éxodo 23, 17; 34, 23.
Tres veces al año se presentarán todos tus varones ante Yahvé, tu Dios, en el lugar por Él elegido: en la fiesta de los Ácimos, en la fiesta de las Semanas y en la fiesta de los Tabernáculos; y no se presentarán ante Yahvé con las manos vacías.
17Cada uno ofrezca a proporción de lo que pueda dar, según la bendición que Yahvé, tu Dios, te haya otorgado.

Jueces y magistrados

18Constituirás jueces y magistrados en todas tus ciudades que Yahvé, tu Dios, te dará según tus tribus, y juzgarán al pueblo con juicio recto. 19
19. Véase 1, 17 y nota. “Es preciso que el juez escuche y falle con los ojos cerrados, es decir, sin distinción de personas. Obrar de otra manera, es tener un alma venal o apasionada, y despreciar el honor, la fe y la justicia.”
No tuerzas el derecho, no hagas acepción de personas, no aceptes regalos; pues los regalos ciegan los ojos de los sabios y pervierten las palabras de los justos.
20Sigue la justicia con rectitud para que vivas y poseas la tierra que Yahvé, tu Dios, va a darte.

Contra la idolatría

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21 s. Se trata aquí de las “ascheras” o troncos de árboles erigidos en honor de Astarté, y en el versículo siguiente de las “massebas”, monumentos de piedra en honor de Baal. Cf. 7, 5; 12, 2; Éxodo 23, 24; Jueces 2, 13; Baruc, capítulo 6 y notas.
No plantarás ascheras, ningún árbol (sagrado) junto al altar que erigieres para Yahvé, tu Dios,
22ni te levantarás piedras de culto porque Yahvé, tu Dios, aborrece estas cosas.
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