Deuteronomy 23
Personas excluidas de la comunidad de Israel
1 ▼▼1. La comunidad de Yahvé: el pueblo de Israel. 3. Esta ley se aplicaba solamente a los hombres. Cf. Rut. 4, 13; Nehemías 13, 1. Los amonitas y moabitas deben su origen al incesto de las hijas de Lot. De ahí su exclusión perpetua.
No entrará en la comunidad de Yahvé el hombre que tenga los testículos majados o cuyo miembro genital haya sido cortado, 2no entrará en la comunidad de Yahvé ningún bastardo; ni siquiera en la décima generación entrará en ella. 3No entrará en la comunidad de Yahvé amonita ni moabita, ni siquiera en la décima generación entrarán en ella; jamás entrarán; 4porque no vinieron a vuestro encuentro con pan y agua en el camino cuando salisteis de Egipto, sino que sobornaron contra ti a Balaam, hijo de Beor, de Petor de Mesopotamia, para que te maldijera. 5Pero Yahvé, tu Dios, no quiso escuchar a Balaam; antes Yahvé tu Dios, te convirtió la maldición en bendición; pues Yahvé, tu Dios, te ama. 6No buscarás jamás su paz ni su bienestar en todos sus días. 7 ▼▼7 s. Los idumeos eran descendientes de Esaú, hijo del patriarca Isaac.
No abominarás al idumeo, porque es tu hermano. No abominarás al egipcio, porque fuiste peregrino en su tierra. 8Los hijos nacidos de ellos en la tercera generación, podrán entrar en la comunidad de Yahvé. Limpieza del campamento
9Cuando salgas a campaña contra tus enemigos, guárdate de toda cosa indecente, 10Si hubiere en medio de ti alguno que se (haya) hecho inmundo por algo que le sucedió de noche, salga fuera del campamento y no vuelva al campamento, 11hasta que al caer la tarde se haya lavado con agua, y a la puesta del sol regresará al campamento. 12Además tendrás fuera del campamento un lugar, adonde podrás salir. 13Tendrás también en tu equipo una estaca, con la cual harás un hoyo cuando te sentares fuera, y antes de volverte cubrirás tus excrementos. 14Porque Yahvé, tu Dios, anda en medio de tu campamento para protegerte y entregar tus enemigos delante de ti; por eso tu campamento ha de ser santo, para que Él no vea en ti cosas vergonzosas y no te abandone.Esclavos y prostitutos
15No entregarás a su amo, esclavo que se haya refugiado contigo, huyendo de su amo. 16Habitará contigo, en medio de ti, en cualquier lugar que eligiere, en algunas de tus ciudades que le gustare; no le oprimirás. 17No haya prostituta entre las hijas de Israel; tampoco haya prostituto entre los hijos de Israel. 18 ▼▼18. Los pueblos circunvecinos admitían la prostitución cultual. En sus santuarios podían instalarse rameras (hieródulas), que fornicaban con los peregrinos y les cobraban por ello dinero. Había también hieródulos, que aquí se llaman “perros”, como en el Apocalipsis (Apocalipsis 22, 15) y tal vez en Eclesiástico 13, 22. En otros lugares se les da el nombre de afeminados (I Corintios 6, 9). Cf. III Reyes 15, 12; 22, 47. Este rechazo que Dios hace del dinero obtenido a costa del pecado, muestra cuán abominables son para Él muchas de las llamadas fiestas de caridad, donde se baila y se estimula el vicio del juego y de la bebida so capa de amor a los pobres.
No lleves a la Casa de Yahvé, tu Dios, las ganancias de la ramera, ni el salario del perro, para cumplir un voto, pues ambos son objeto de abominación ante Yahvé, tu Dios. No exijas interés por tu dinero
19 ▼▼19 s. Interés: Algunos traducen usura. En el Antiguo Testamento “interés” y “usura” significan una misma cosa y estaban prohibidos ambos modos de obtener ganancias mediante los préstamos. Solamente al extranjero se le podía pedir intereses, pero no al conciudadano. Esto habría sido una violación del amor al prójimo, violación que hoy, desgraciadamente, no se la considera como tal. Hay quienes han interpretado mal este texto como si Moisés permitiera la usura con los extranjeros. Lo que autoriza Moisés es dar préstamos a interés a los extranjeros, pero no préstamos usurarios. El carácter social de esta ley descuella tinto más cuanto que los otros pueblos permitían tomar intereses. La Ley babilónica de Hammurabi p. ej. la reconoce como institución legítima. Los Santos Padres desaprueban formalmente el préstamo a interés. Cf. 15, 3; Éxodo 22, 25; Jeremías 25, 36 s. y notas.
No exijas de tu hermano interés alguno por el dinero, ni interés por comestibles, ni interés por ninguna otra cosa, por las cuales se suele tomar interés. 20Del extranjero podrás exigirlo, mas no lo exijas de tu hermano; para que Yahvé, tu Dios, te bendiga en toda empresa de tu mano en la tierra adónde vas para tomarla en posesión. Acerca de los votos
21 ▼▼21. Véase Números capítulo 30.
Cuando hagas algún voto a Yahvé, tu Dios, no tardes en cumplirlo, porque Yahvé, tu Dios, sin falta te lo reclamará y te cargarías con un pecado. 22Si te abstienes de hacer voto, no cometas pecado. 23Pero lo que una vez salió de tus labios, lo cumplirás y ejecutarás, conforme al voto libremente hecho a Yahvé, tu Dios, que prometiste con tu boca. La propiedad ajena
24Cuando entrares en la viña de tu prójimo, podrás comer uvas según tu apetito, hasta saciarte, mas no las pondrás en tu cesta. 25 ▼▼25. Arrancar espigas: La Vulgata agrega y desgranarías. Cf. Mateo 12, 1.
Cuando entrares en la mies de tu prójimo, podrás arrancar espigas con tu mano; mas no meterás la hoz en la mies de tu prójimo.
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