Deuteronomy 25
Los azotes
1Cuando hubiere pleito entre algunos y recurrieren al juez, se les juzgue, y sea absuelto el inocente y condenado el culpable. 2Y si el culpable ha merecido ser azotado, el juez lo mandará tender en el suelo, y en su presencia le hará azotar a medida de su delito, contando los azotes. 3 ▼▼3. Más tarde se aplicaban solo 39 azotes para no exceder el número permitido por la Ley; medida de precaución para el caso de que se equivocase el que contaba los azotes (cf. II Corintios 11, 24).
No le hará dar más de cuarenta azotes, no sea que continúe dándole muchos azotes más y quede tu hermano deshonrado a tus ojos. 4 ▼▼4. El Apóstol San Pablo cita esta ley humanitaria, probando con ella que los ministros del Señor tienen derecho al sustento si anuncian el Evangelio (I Corintios 9, 14; I Timoteo 5, 18).
No pondrás bozal al buey que trilla. Ley del levirato
5 ▼▼5. Es la célebre, institución del levirato, que se menciona en Mateo 22, 24 ss. y Marcos 12, 19, y que existió como práctica aún antes de Moisés (Génesis 38, 8). Esta ley se inspiraba en la idea de continuar la vida en los hijos y verlos como herederos de la propiedad de la familia. Además de eso, en el pueblo israelita tenía un sentido mesiánico. Quien quedaba sin hijos, se veía privado de la esperanza de que el Mesías naciera de su linaje.
Si hermanos viven juntos y muriere uno de ellos sin tener hijos, la mujer del difunto no se casará fuera con un extraño, sino que su cuñado se llegará a ella y la tomará por mujer, cumpliendo con ella el deber del levirato. 6El primogénito que ella diere a luz, será sucesor del nombre del hermano difunto, para que su nombre no se borre de Israel. 7Pero si el hombre no deseare tomar a su cuñada, subirá esta a la puerta donde están los ancianos, y dirá: ‘Rehúsa mi cuñado resucitar el nombre de su hermano en Israel; no quiere cumplir conmigo el deber de levirato.’ 8Entonces le llamarán los ancianos de su ciudad y le hablarán; y si él persiste y dice: ‘No quiero tomarla’, 9 ▼▼9 s. Le escupirá en la cara, en señal de desprecio (Números 12, 14; Isaías 50, 6; Mateo 26, 67; 27, 30). Sacarle a uno los zapatos significaba entregarlo a la pobreza, y pedir que Dios se encargara de castigarlo por su comodidad. Tenemos un caso semejante, aunque un poco distinto, en Rut 4, 7-10.
su cuñada se acercará a él y en presencia de los ancianos le quitará el calzado del pie, le escupirá en la cara y contestará diciendo: ‘Así se ha de hacer al hombre que no quiere edificar la casa de su hermano.’ 10Y se le dará en Israel este nombre: La casa del descalzado. Ley de honestidad
11Si entre hombres que riñen, el uno con el otro, y la mujer del uno de ellos se acerca para librar a su marido de la mano del que lo golpea, y alargando la mano (contra este) le agarra por las partes vergonzosas, 12le cortarás a ella la mano; tu ojo no tendrá compasión.Pesas y medidas
13 ▼▼13 ss. Quiere decir: No hagas fraude, empleando falsas pesas y medidas. Cf. Levítico 19, 35 s.; Proverbios 11, 1.
No tendrás en tu bolsa dos pesas: una grande y otra chica. 14No tendrás en tu casa dos medidas: una grande y otra chica. 15Tendrás pesa exacta y justa; tendrás medida exacta y justa; para que vivas largo tiempo en la tierra que Yahvé, tu Dios, va a darte. 16Porque abominable ante Yahvé, tu Dios, es todo el que hace tales cosas, todo el que comete iniquidad. Castigo de Amalec
17Acuérdate de lo que hizo Amalec en el camino, cuando saliste de Egipto, 18 ▼▼18. Cf. Éxodo 17, 8 ss. Sobre la ejecución del mandato de Dios, de exterminar a los amalecitas, véase I Reyes 15, 2-34; 30, 9-18.
cómo te salió al encuentro en el camino, y asaltó a tus rezagados, todos los débiles que iban atrás, estando tú fatigado y agotado; y cómo no tuvo temor de Dios. 19Ahora bien, cuando Yahvé, tu Dios, te diere descanso de todos tus enemigos a la redonda, en el país que Yahvé, tu Dios, te dará en propiedad hereditaria, borrarás la memoria de Amalec de debajo del cielo. No lo olvides.
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