Exodus 30
El altar del incienso
1 ▼▼1. El altar de los inciensos estaba “delante del velo” (v. 6), o sea, en el Santo. El incienso simboliza en el Apocalipsis las oraciones de los fieles (Apocalipsis 8, 3 s.), que son el fruto de los labios y un “continuo sacrificio de alabanza” (Hebreos 13, 15).
“Harás también un Altar para quemar el incienso. De madera de acacia lo harás. 2Será cuadrado: de un codo de largo y de un codo de ancho, y su altura será de dos codos. Sus cuernos formarán un mismo cuerpo con él. 3Lo revestirás de oro puro, tanto su parte superior como sus cuatro lados, y sus cuernos. Le harás en torno una guirnalda de oro, 4y debajo de la guirnalda, a los costados, dos anillos. Hazlos a ambos lados, para pasar por ellas las varas con que transportarlo. 5Fabricarás las varas tomando madera de acacia y las recubrirás de oro. 6 ▼▼6. El Arca del Testimonio: el Arca de la Alianza. El Testimonio es la Ley que se guardaba en el Arca. Véase 27, 21 y nota.
Lo colocarás delante del velo que está ante el Arca del Testimonio y ante el propiciatorio que se halla encima del Testimonio, donde Yo me entrevistaré contigo. 7Aarón quemará en él incienso aromático; lo quemará todas las mañanas, al preparar las lámparas, 8y lo quemará Aarón también cuando entre las dos tardes preparare las luces. Será incienso continuo ante Yahvé de generación en generación. 9No ofrezcáis sobre él incienso extraño, ni holocausto ni ofrendas, ni derraméis sobre él libación alguna. 10Una vez al año hará Aarón expiación sobre los cuernos de este altar con la sangre del sacrificio por el pecado. Una vez cada año hará sobre él expiación para vuestros descendientes. Cosa santísima es esta para Yahvé.” El tributo para el tabernáculo
11Habló Yahvé a Moisés, diciendo: 12 ▼▼12 s. El pueblo de Israel pertenecía a Dios y solo Él tenía el derecho de hacer el censo. Si un caudillo o rey lo hacía por propia iniciativa caía sobre él una plaga como en el empadronamiento hecho por David (II Reyes 24, 15). En el v. 13 impone Dios un tributo para que reconociesen su pleno dominio. Recuérdese el medio siclo o didracma en tiempo de Jesucristo (Mateo 17, 27). El siclo grande o del Templo pesaba 16,37 gramos.
“Cuando contares el número de los hijos de Israel, para hacer su censo, cada uno de ellos pagará a Yahvé un rescate por su vida al ser empadronados, para que no haya plaga entre ellos con motivo del empadronamiento. 13Esto es lo que ha de dar cada uno de los empadronados: medio siclo, según el peso del Santuario. Un siclo son veinte gueras. Medio siclo es, pues, el tributo que se ha de dar a Yahvé. 14Todos los empadronados, de veinte años para arriba, pagarán el tributo a Yahvé. 15El rico no dará más, ni el pobre menos del medio siclo, al pagar el tributo a Yahvé como rescate de vuestras vidas. 16Tomarás el dinero del rescate de parte de los hijos de Israel, para emplearlo en el servicio del Tabernáculo de la Reunión; y será para los hijos de Israel un recuerdo ante Yahvé para el rescate de sus vidas.” La pila de bronce
17 ▼▼17. La pila de bronce: No se da en la Biblia una descripción clara de este lavabo, pero parece que se componía de dos partes: “La parte superior tenía forma de caldera para contener el agua; y la inferior servía de jofaina que podía ser usada por los sacerdotes para lavarse las manos y los pies antes de entrar al Tabernáculo, y también para limpiar la carne de las víctimas del sacrificio, los vasos del mismo, y los vestidos si se manchaban. La parte superior tenía probablemente dos aberturas para dejar salir el agua; la base era cuadrada o redonda y de altura moderada” (Steinmueller, Introducción General a la Sagrada Escritura, p. 304).
Habló Yahvé a Moisés diciendo: 18“Haz una pila de bronce con su base de bronce para las abluciones. Colócala entre el Tabernáculo de la Reunión y el altar y echa agua en ella, 19 ▼▼19. Esta purificación recordaba a los sacerdotes que sin pureza del alma no se podían acercar a Dios.
para que Aarón y sus hijos se laven en ella las manos y los pies. 20Antes de entrar en el Tabernáculo de la Reunión se han de lavar con agua para que no mueran, y también antes de acercarse al altar para el ministerio, para quemar un sacrificio en honor de Yahvé. 21Se lavarán las manos y los pies, para que no mueran. Esta será ley perpetua para ellos, para Aarón y sus descendientes de generación en generación.” El óleo de la unción
22Habló Yahvé a Moisés, diciendo: 23 ▼▼23 s. Los nombres de las plantas aromáticas que aquí se mencionan, son traducidos de diversas maneras. No hay duda de que se trataba de un óleo preciosísimo. Véase 27, 20 y nota.
“Y tú, toma de los mejores aromas de mirra pura quinientos (siclos); de canela aromática la mitad de esto, o sea doscientos cincuenta, de caña aromática doscientos cincuenta, 24de casia quinientos, según el siclo del Santuario, y un hin de aceite de olivas. 25Con ello formarás el óleo para la unción sagrada, perfume oloroso compuesto según el arte de perfumería. Este será el óleo para la unción sagrada. 26Con él ungirás el Tabernáculo de la Reunión y el Arca del Testimonio, 27la mesa con todos sus utensilios, el candelabro con todos sus utensilios, el altar del incienso, 28el altar del holocausto con todos sus utensilios y la pila con su base. 29 ▼▼29. Quedará santificado: término hebreo cuyo significado es: el que tocare una cosa consagrada a Dios, se consagra a sí mismo al servicio de Dios y tiene que ser restituido a su estado anterior por medio de varias ceremonias.
Así los santificarás y serán cosa santísima. Todo el que los toque quedará santificado. 30Ungirás también a Aarón y a sus hijos y los consagrarás, para que me sirvan de sacerdotes.” 31Y hablarás a los hijos de Israel, diciendo: “Este será para Mí el óleo de la unción sagrada de generación en generación. 32No debe derramarse sobre ningún hombre, y en cuanto a su composición no haréis ninguno parecido a él. Santo es y lo tendréis por cosa sagrada. 33Cualquiera que elabore algo semejante o derrame de él sobre persona extraña será exterminado de en medio de su pueblo.” El incienso sagrado
34Dijo Yahvé a Moisés: “Toma por cantidades iguales los siguientes aromas: resina, uña odorífera y gálbano, especias aromáticas e incienso puro. 35Con ello harás, según el arte de perfumería, un incienso perfumado, sazonado con sal, puro y santo; 36del cual pulverizarás una parte que pondrás delante del Testimonio en el Tabernáculo de la Reunión, donde Yo me entrevistaré contigo. Será para vosotros cosa santísima. 37Y en cuanto a la composición de este incienso que vas a hacer, no la imitéis para vuestro uso. Lo tendrás por consagrado a Yahvé. 38 ▼▼38. Es una lección para los que buscan en el culto religioso lo que agrada a los sentidos, por ejemplo, la música y la elocuencia profana. Hay que cultivar lo interior más que lo exterior, pues Dios quiere ser adorado en espíritu y verdad (Juan 4, 23 s.).
Cualquiera que prepare otro semejante para aspirar su fragancia, será exterminado de en medio de su pueblo.”
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