Ezekiel 29
Primer oráculo contra Egipto
1El año décimo, el día doce del décimo mes, recibí la palabra de Yahvé, que dijo: 2“Hijo de hombre, vuelve tu rostro contra el Faraón, rey de Egipto, y vaticina contra él, y contra todo Egipto. 3 ▼▼3. Cocodrilo gigantesco (Vulgata: dragón grande): El cocodrilo era símbolo de Egipto. Véase 32, 2 y nota; Isaías 27, 1; 51, 9, etc. Sus ríos: los brazos del Nilo, la región del Delta. Reinaba entonces el orgulloso Uhabra (Hofra o Efree) que había aumentado la navegación del gran río. Yo lo hice: se refiere siempre al Nilo (cf. versículo 9) no obstante que este solía ser llamado padre del país de Egipto, el cual debía toda su prosperidad a su riego y, a su limo fertilizante.
Habla y di: Así dice Yahvé, el Señor: Heme aquí contra ti, Faraón, rey de Egipto, cocodrilo gigantesco que yaces en medio de sus ríos y dices: «Mi río, es mío, pues yo lo hice.» 4Por eso pondré garfios en tus quijadas, y haré que se peguen los peces de tus ríos a tus escamas, y te sacaré de en medio de tus ríos, con todos los peces de tus ríos, pegados a tus escamas; 5y te echaré al desierto, con todos los peces de tus ríos; sobre la superficie del campo caerás, y no serás recogido ni levantado; a las fieras de la tierra y a las aves del cielo te daré como pasto. 6 ▼▼6 s. Un báculo de caña: débil como las cañas que crecen junto al Nilo (cf. Salmo 67, 31 y nota). Contraste sarcástico con el soberbio cocodrilo. Caña cascada había llamado también el arrogante asirio al apoyo egipcio en tiempo de Ezequías (Isaías 36, 6). Es admirable cómo el amor de Dios se venga de la falla de Egipto como aliado de Israel (cf. 17, 17 y notas), a pesar de que el pueblo escogido era culpable por haber contraído esa alianza contra la voluntad divina.
Y conocerán todos los habitantes de Egipto que Yo soy Yahvé; porque has sido un báculo de caña para los hijos de Israel. 7Cuando te tomaban con la mano, te rompías lastimándoles todo el hombro; y cuando en ti se apoyaban, te hacías pedazos, paralizándoles todo el cuerpo. 8Por tanto, así dice, Yahvé, el Señor: He aquí que haré venir sobre ti la espada, y exterminaré en ti hombres y bestias. 9Y la tierra de Egipto quedará hecha un desierto y una soledad; y conocerán que Yo soy Yahvé; porque (el Faraón) ha dicho: «El río es mío, y yo lo he hecho». 10 ▼▼10. Desde Migdol hasta Siene. Migdol (Magdalo) era la ciudad fronteriza en el extremo noreste de Egipto. Siene, hoy día Asuán, situada en el extremo meridional de Egipto, junto a la primera catarata.
Por eso, he aquí que estoy contra ti y contra tus ríos, y convertiré la tierra de Egipto en desierto desolado, desde Migdol hasta Siene, y hasta los confines de Etiopía. 11No pasará por ella pie de hombre; ni transitará por allí pie de bestia; ni será habitada por cuarenta años. 12 ▼▼12 ss. Dispersaré a los egipcios: El anuncio se repite en 30, 23 y 26. Los cuarenta años, podrían tal vez coincidir con el fin de los setenta que Israel pasó en Babilonia. O se trata quizá de un período de prueba, que en la Biblia se indica muchas veces con ese número, como aún lo vemos en la cuaresma.
Y haré del país de Egipto un yermo en medio de (otros) países yermos, y sus ciudades quedarán desoladas por cuarenta años en medio de las ciudades devastadas; y dispersaré a los egipcios entre las naciones y los esparciré por los países. 13Pues así dice Yahvé, el Señor: Al cabo de los cuarenta años congregaré a los egipcios de entre los pueblos donde han estado dispersos. 14 ▼▼14. Patros o Fatures: la parte sur de Egipto, la región de Tebas.
Y pondré término al cautiverio de Egipto, y los conduciré a la tierra de Patros, tierra de su origen, y allí formarán un modesto reino. 15 ▼▼15. Con la invasión de Nabucodonosor, Egipto perdió su independencia sin poder recobrarla, porque a los babilonios siguieron los persas; a estos, Alejandro Magno y los Ptolomeos, y luego los romanos, etc.
Será más humilde que los (demás) reinos; y no se alzará más sobre las naciones; Yo los disminuiré, para que no dominen más sobre los pueblos. 16No serán ya para la casa de Israel un objeto de confianza sino un recuerdo de la iniquidad (que cometieron) al volverse hacia ellos; y conocerán que Yo soy Yahvé, el Señor.” Segundo oráculo contra Egipto
17El año veinte y siete, el primer día del primer mes, recibí la palabra de Yahvé, el cual me dijo: 18 ▼▼18. Al sitiar a Tiro, Nabucodonosor obró como instrumento de Dios, perdiendo allí mucha gente y sufriendo muchos daños en los trece años que duró el asedio, por lo cual Dios le recompensó con el botín de Egipto. Cf. 30, 24 ss.
“Hijo de hombre: Nabucodonosor, rey de Babilonia, ha fatigado mucho a su ejército contra Tiro; todas las cabezas quedaron calvas y todos los hombros pelados; sin embargo, ni él ni su ejército recibieron de Tiro recompensa alguna por el servicio que prestaron contra ella. 19Por eso, así dice Yahvé, el Señor: He aquí que voy a dar a Nabucodonosor, rey de Babilonia, el país de Egipto y él se llevará sus riquezas; tomará sus despojos y saqueará su botín y esta será la paga para su ejército. 20Por su servicio prestado contra (Tiro) le he dado la tierra de Egipto; pues han trabajado para Mí, dice Yahvé, el Señor. 21 ▼▼21. En aquel día haré crecer un cuerno: El cuerno es símbolo del poder. Final análogo al de 28, 25 s., que se refiere a la restauración de Israel.
En aquel día haré crecer un cuerno a la casa de Israel, y a ti te abriré la boca en medio de ellos; y conocerán que Yo soy Yahvé.”
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