‏ Genesis 46

Jacob baja a Egipto

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1. Bersabee, una de las residencias de los patriarcas, en el extremo sur de Palestina. Cf. 21, 31; 26, 33. Jacob no quiere dejar el país sin conocer la voluntad de Dios, por lo cual ofrece sacrificios y ora al Señor, quien le manifiesta su voluntad en una visión nocturna, añadiendo a las promesas dadas anteriormente la de hacerlo en Egipto padre de una nación numerosa.
Israel se puso en marcha con todo lo que tenía, y llegó a Bersabee, donde ofreció sacrificios al Dios de su padre Isaac.
2Y habló Dios a Israel en visión nocturna y le dijo: ¡Jacob, Jacob!” Él respondió: “Heme aquí.” 3
3 s. “Lo cual no fue como a nuestro entender suena. Porque sabemos que el santo viejo Jacob murió en Egipto, y no volvió a salir vivo y era que se había de cumplir en sus hijos, a los cuales sacó de allí después de muchos años, siéndoles Él mismo la guía en el camino” (San Juan de la Cruz, Subida del Monte Carmelo II, 17).
Y dijo: “Yo soy Dios, el Dios de tu padre; no temas bajar a Egipto, porque allí te haré padre de una gran nación.
4Yo bajaré contigo a Egipto; y Yo te subiré también; y José pondrá su mano sobre tus ojos.” 5Luego partió Jacob de Bersabee, y los hijos de Israel pusieron a Jacob su padre, y a sus niños y a sus mujeres, en los carros que el Faraón había enviado para transportarlo. 6Lleváronse también sus ganados y la hacienda que habían adquirido en el país de Canaán, y fueron a Egipto: Jacob y con él toda sus descendencia. 7Llevó consigo a Egipto a sus hijos y a los hijos de sus hijos, a sus hijas y a las hijas de sus hijos y a toda su familia.

La familia de Jacob

8Estos son los nombres de los hijos de Israel que llegaron a Egipto: Jacob y sus hijos: el primogénito de Jacob: Rubén. 9Y los hijos de Rubén: Enoc, Falú, Hesrón, Carmí. 10Los hijos de Simeón: Jemuel, Jamín, Ohad, Jaquín, Sóhar y Saúl, hijo de la cananea. 11Los hijos de Leví: Gersón, Caat y Merarí. 12
12. Cf. capítulo 38, donde se narra la muerte de Er y Onán. En su lugar entran Fares y Zara.
Los hijos de Judá: Er, Onán, Selá, Fares y Zara; pero habían muerto ya Er y Onán en el país de Canaán. Hijos de Fares: Hesrón y Hamul.
13Los hijos de Isacar: Tolá, Fuá, Job y Simrón. 14Los hijos de Zabulón: Séred, Elón y Jahleel. 15Estos son los hijos que Lía dio a Jacob en Mesopotamia, con Diná, su hija. Todas las almas de sus hijos y de sus hijas fueron treinta y tres. 16Los hijos de Gad: Sifión, Haguí, Suní, Esbón, Erí, Arodí y Arelí. 17Los hijos de Aser: Jimná, Isuá, Isuí, Beriá y Sera, hermana de ellos. Hijos de Beriá: Héber y Malquiel. 18Estos son los hijos de Silfá, la cual Labán dio a su hija Lía, y ella dio estos a Jacob: diez y seis almas. 19Los hijos de Raquel, mujer de Jacob: José y Benjamín. 20Nacieron a José en tierra de Egipto Manasés y Efraím, de Asenat, hija de Putifar, sacerdote de On. 21Los hijos de Benjamín: Bela, Béquer, Asbel, Gerá, Naamán, Ehí, Ros, Mupim, Hupim y Ard. 22Estos son los hijos de Raquel, que nacieron de Jacob. En total catorce almas. 23Los hijos de Dan: Husim. 24Los hijos de Neftalí: Jahzeel, Guní, Jéser y Silem. 25Estos son los hijos de Bilhá, la cual Labán dio a su hija Raquel; y de ella nacieron estos a Jacob, en total siete almas. 26Toda la familia de Jacob, que vino a Egipto, descendientes suyos sin contar las mujeres de los hijos de Jacob, todas estas almas eran sesenta y seis. 27
27. San Esteban (Hechos 7, 14) habla de 75 almas, siguiendo la versión griega, la cual menciona, por anticipación, otros descendientes de la familia de José (cf. Núm. 26, 35 s.; I Paralipómenos 7, 20 s.). A la cifra de 70 y 75 hay que añadir multitud de criados y esclavos con sus familias.
Los hijos de José, que le habían nacido en Egipto, eran dos. Todas las almas de la casa de Jacob, que vinieron a Egipto, eran setenta.

Llegada de Jacob a Egipto

28Envió (Jacob) a Judá delante suyo adonde estaba José para que este preparara su llegada a Gosen; y así llegaron a la tierra de Gosen. 29Entretanto, José había enganchado su carroza y subido a recibir a Israel, su padre, en Gosen; y cuando lo vio se arrojó a su cuello y lloró largo tiempo sobre su cuello. 30Y dijo Israel a José: “Ahora puedo morir, ya que he visto tu rostro, pues tú vives todavía.” 31Y dijo José a sus hermanos y a la casa de su padre: “Iré a dar parte al Faraón, diciendo: Han venido a mí mis hermanos y la casa de mi padre, que estaban en el país de Canaán. 32Son pastores de ovejas, pues poseen rebaños, y han traído sus ovejas y sus ganados y todo lo que tienen. 33Y cuando el Faraón os llamare y preguntare: ¿Cuál es vuestra ocupación? 34
34. Por ser pastores, los israelitas no pudieron vivir en el valle del Nilo donde todo campo fértil estaba reservado a la agricultura y horticultura. No es, pues, de extrañar el que para Jacob quede reservada la región de Gosen, lindante con la península de Sinaí, que parecía más apropiada para pastores. La emigración de Jacob a Egipto se realizó 215 años después de salir Abrahán de su patria, cuando los Hyksos eran dueños del delta del Nilo. Los Hyksos, un pueblo asiático, o más bien un conglomerado de tribus nómadas, se sentían ellos mismo extranjeros en Egipto y simpatizaban sin duda con los inmigrantes que venían de Palestina. “Los egipcios detestan a todo pastor de ovejas”, probablemente por razones nacionalistas, porque esos pastores eran semitas. “Pero aun esta condición de apartados debía satisfacer al pequeño clan (de los hijos de Jacob) que se preparaba a ser pueblo: su conciencia nacional resultó al fin más compacta y sus tradiciones étnicas y religiosas se conservaron inmunes a toda infiltración” (Ricciotti, Hist. de Israel, núm. 196).
responderéis: Criadores de ganado han sido tus siervos desde nuestra infancia hasta ahora, tanto nosotros como nuestros padres. Así podréis habitar en la tierra de Gosen; porque los egipcios detestan a todo pastor de ovejas.”
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