‏ Habakkuk 2

Respuesta de Dios

1
1. A manera de un soldado que está de centinela, y teme la ruina total de su pueblo, el profeta está esperando la respuesta del Señor a las ansiosas preguntas formuladas en 1, 12 ss. El Señor le contesta en los versículos 2 ss.
Estaré en pie sobre mi atalaya,

me apostaré sobre la muralla,

y quedaré observando para ver

que me dirá (Yahvé),

y qué responderá a mi querella.

2
2. Corrientemente: Cf. Isaías 8, 1; 30, 8; Apocalipsis 1, 19. Algunos traducen: para que corra el que lee (como mensajero de la visión).
Y Yahvé me respondió, y dijo:

“Escribe la visión, gravándola en tablillas,

para que se pueda leer corrientemente.

3
3. Espérala: Se refiere al cumplimiento de la visión. Vendrá con toda seguridad: “Según San Jerónimo y otros expositores, aquí se habla del Mesías más bien que de Ciro” (Páramo). El profeta debe entretanto vivir de fe (versículo 4), seguro de que los designios de Dios se cumplirán, y esperar en paciencia (cf. Lucas 21, 19; Hebreos 10, 36; Santiago 1, 3 s.). La paciencia todo lo alcanza, dice Santa Teresa, y es porque ella, como dice Tertuliano, tiene a Dios por guía y también por depositario. Véase, con su nota, Hebreos 10, 37, donde San Pablo aclara la trascendencia mesiánica de este pasaje. Cf. I Tesalonicenses 1, 10; Santiago 5, 8.
Porque la visión tardará en cumplirse

hasta el tiempo fijado,

llegará a su fin y no fallará;

si tarda, espérala.

Vendrá con toda seguridad, sin falta alguna.

4
4. El justo por su je vivirá: Esta sentencia ha de aplicarse en primer lugar a las circunstancias históricas. El soberbio (en hebreo: el que se infla) es el caldeo; el justo, en cambio, el pueblo israelita. Pero contiene también una revelación fundamental, que San Pablo cita tres veces (cf. Romanos 1, 17; Gálatas 3, 11; Hebreos 10, 38 y nota), porque es base de toda posible espiritualidad cristiana. Es como una síntesis de toda la Sagrada Escritura, ya que uno solo es el Espíritu que la inspira y que habló por todos los profetas. Vive en esta sentencia una verdad que nunca se agota, ya sea en cuanto nos enseña que nadie puede ser justo sin tener fe; ya en cuanto la fe es la vida del hombre justo, el cual desfallece si le falta esa fuerza con que sobrellevar las pruebas de la vida, muchas de las cuales, y especialmente la persecución, le vienen precisamente por ser justo, por no querer transigir con el mundo, y sobre todo, por adherirse de pleno corazón al escándalo de la Cruz (I Corintios 1, 23).
He aquí al soberbio,

que en su interior no tiene alma recta;

mas el justo por su fe vivirá.”

Castigo del pueblo orgulloso

5
5. El primer hemistiquio se traduce de diversas maneras: Comienza aquí la enumeración de los crímenes de los caldeos (versículos 5-20). Reúne bajo su dominio: Desde la caída de los grandes imperios universales de la antigüedad (cf. Daniel 2 y notas) hasta los más recientes acontecimientos contemporáneos, la historia nos muestra siempre la inmensa verdad contenida en estos versículos, que debieran grabarse en los muros de las casas de los gobernantes para enseñarles que no solo los individuos se pierden por el orgullo ambicioso, sino también las naciones. Cf. 1, 11 y nota.
Así como el vino es engañoso,

así tampoco permanece el hombre orgulloso;

se ensancha como el infierno su apetito,

y es insaciable como la muerte;

junta consigo todas las naciones,

y reúne bajo su dominio todos los pueblos.

6
6. Las prendas son los tributos que los caldeos exigían a los vencidos. La Vulgata traduce denso lodo (en vez de prendas). De aquí que San Gregorio Magno diga que aquel lodo son los deseos de un sórdido deleite.
¿No le tomarán todos estos

como objeto de sus fábulas, sátiras y refranes?

¿Acaso no dirán: “Ay de aquel que amontona lo que no es suyo”?

¿Hasta cuándo carga sobre sí las prendas(robadas)?

7¿No se alzarán improvisamente

los que te han de morder?

¿No se despertarán

los que te han de sacudir,

y serás presa de ellos?

8Por cuanto tú despojaste a muchas naciones,

todo el resto de los pueblos te despojará a ti,

por los homicidios y por las violencias

que cometiste contra la tierra,

contra la ciudad y sus habitantes.

9
9 s. Alusión a los palacios que los babilonios edificaron con las riquezas quitadas a otros pueblos. Todas estas cosas robadas claman a Dios por venganza. Las mismas piedras acusarán la rapacidad de sus poseedores.
¡Ay de aquel que para su casa amontona

ganancias injustas

a fin de poner muy alto su nido,

y salvarse del poder del mal!

10Has ido trazando la deshonra de tu propia casa;

destruyendo a muchos pueblos

contra ti mismo pecaste.

11Porque desde el muro clama (contra ti) la piedra,

y desde el maderaje le responde la viga.

12
12. Este ay es lanzado contra los babilonios que injustamente habían extendido su poder.
¡Ay de aquel que edifica una ciudad con sangre

y cimienta una población sobre iniquidad.

13
13. Trabajan en vano y solamente para el fuego, pues todo será pasto de las llamas en el momento en que Babilonia caerá en ruinas.
¿No viene esto de Yahvé de los ejércitos:

que los pueblos trabajen para el fuego,

y las gentes se fatiguen en vano?

14
14. Véase la misma profecía en Isaías 11, 9. Esto se dice aquí no solo del conocimiento de Dios (Jeremías 3, 1, 34) sino también del de su gloria, en contraste con el poder de Babilonia, que desaparecerá mientras que la gloria de Yahvé en su reino permanecerá para siempre (II Reyes 7, 16 s.; Zacarías 12, 8; Ezequiel 37, 24 ss.; Jeremías 23, 5 ss., etc.). Cf. versículo 3 y nota.
Mas (un día) la tierra se llenará

del conocimiento de la gloria de Yahvé,

como las aguas llenan el mar.

15
15 s. La imagen está tomada del ebrio postrado en el suelo. Babilonia es la que embriagaba y humillaba a los pueblos, por lo cual ella misma se embriagará de la ira del Señor. Véase Isaías 19, 14.
¡Ay de aquel que da de beber a su prójimo,

vertiendo su saña hasta embriagarlo

para contemplar su desnudez!

16Te saciaste de vergüenza en vez de gloria.

¡Bebe, pues, también tú,

y muestra tu incircuncisión;

a ti se te dará el cáliz de la diestra de Yahvé,

e ignominia cubrirá tu gloria.

17
17. La violencia hecha al Líbano consiste en que los invasores caldeos talaron los bosques del Líbano y mataron las bestias que allí vivían. Véase Isaías 14, 8.
Porque recaerá sobre ti

la violencia hecha al Líbano,

y el destrozo de sus animales te aterrará,

así como también la sangre humana (que derramaste),

y la violencia, que cometiste contra la tierra,

contra la ciudad y todos sus habitantes.

Contra la idolatría

18
18. Los babilonios ponen su confianza en vanos ídolos, hechuras de sus manos; los israelitas en el Dios de los cielos que tiene su trono en el Templo de Jerusalén. Véase Salmo 134, 15-18; Isaías 44, 9-20 y la carta de Jeremías en Baruc (capítulo 6).
¿De qué sirve a la estatua

el que la haya tallado su autor?

¿a la imagen fundida

y al oráculo de mentiras,

el que confíe en él el artista

que hace ídolos mudos?

19¡Ay del que dice al leño: “¡Despierta!”;

y a una piedra muda: “¡Levántate!”

¿Acaso estos pueden ser sus maestros?

Aunque estén cubiertos de oro y de plata,

en su interior no hay espíritu alguno.

20Mas Yahvé está en su santo Templo.

¡Calla delante de Él la tierra entera!
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