Hosea 4
Corrupción general
1 ▼▼1. Empieza aquí la segunda parte “que consta de cinco discursos proféticos, que explican más circunstanciadamente aquellas acciones simbólicas y las amenazas y consuelos representados en ellas, echando en cara al pueblo sus culpas y anunciando el castigo de Dios; pero profetizando al mismo tiempo la conversión, y aludiendo al Mesías y a su reino dichoso” (Schuster- Holzammer). No hay conocimiento de Dios. Cf. Jeremías 9, 24. He aquí una advertencia para nosotros. “La formación religiosa de los católicos de hoy tiene generalmente la edad de su primera comunión” (Mons. Landrieux). Donde no hay conocimiento de Dios, no hay fe; donde no hay fe, no hay moral; donde no hay moral, se derrumba la sociedad humana. Véase la característica del reino de Dios que señala Isaías 11, 9.
¡Oíd la palabra de Yahvé, oh hijos de Israel! Pues Yahvé entra en juicio con los habitantes del país, porque no hay verdad ni misericordia, y no hay conocimiento de Dios en la tierra. 2 ▼▼2. Cf. Salmo 9B, 3-11; 13, 1-3; Amós 2, 6-8; Miqueas 7, 2-6; Romanos 3, 13-17. Todas estas aberraciones inundan al pueblo porque no hay conocimiento de Dios (versículo 1). Cf. Juan 16, 3; 17, 3 y nota.
Perjuran, y mienten, matan, roban y adulteran, hacen violencia, y un homicidio sigue a otro. 3 ▼▼3. El país está de luto, por las calamidades que Dios enviará en castigo. Cf. Isaías 24, 3-7; Jeremías 12, 4; Amós 8, 8. San Pablo nos revela que las creaturas todas también tomarán parte en la felicidad del hombre redimido (Romanos 8, 19 ss.).
Por esto el país está de luto, y desfallecen cuantos en él habitan, juntamente con las bestias del campo y las aves del cielo. Hasta los peces de la mar desaparecen. 4 ▼▼4. Nadie reprenda: “Son los pecados de Israel tan inveterados, que el que da la voz de aviso pierde el tiempo” (Bover Cantera). Nácar-Colunga trae otra traducción: Nadie protesta, nadie reprende .¡También contra vosotros me querello, oh, sacerdotes! En Deuteronomio 17, 8 ss. puede verse la autoridad de los sacerdotes de turno, que se extiende a lo temporal por tratarse de un régimen teocrático. Cf. Lucas 5, 14; Levítico 14, 2 ss.
Pero nadie se ponga a contender y nadie reprenda; porque tu pueblo es como aquellos que se querellan contra el sacerdote. 5 ▼▼5. El profeta: el falso profeta. Tu madre: toda la nación de Israel. Nácar-Colunga vierte: Tropezarás en pleno día, y contigo tropezará también el profeta, y la noche será semejanza de tu día.
Tropezarás en pleno día, y también el profeta tropezará contigo de noche; y Yo haré perecer a tu madre. 6 ▼▼6. Se refiere al conocimiento de Dios. Es lo mismo que reprende el profeta en el versículo 1 y en 6, 6. Cf. Malaquías 2, 7. Es este un mal que difícilmente se cura, pues el hombre cree fácilmente que puede bastarse a sí mismo. Toda la Biblia enseña que tal es el peor de los males, puesto que la vida eterna consiste en el conocimiento de Dios, como lo dice expresamente Jesús (Juan 17, 3). Tal es el mal que a las diez tribus les costará la “larga espera” (cf. 3, 3 y nota).
Mi pueblo perece por falta de conocimiento. Por haber rechazado tú el conocimiento, Yo te rechazaré a ti para que no seas mi sacerdote. Por haber olvidado tú la ley de tu Dios, me olvidaré Yo de tus hijos. 7 ▼▼7. Trocaré su gloria en ignominia: Cf. Malaquías 2, 1 s.
Cuanto más se multiplicaron, tanto más pecaron contra Mí; por lo cual trocaré su gloria en ignominia. 8 ▼▼8. Comen los pecados: Los sacerdotes del reino de Israel vivían de los sacrificios idolátricos del pueblo, por lo cual lo animaban a idolatrar aún más. Mi pueblo: Nótese este nombre cariñoso que Dios da todavía al reino apóstata. “No obstante el cisma, los habitantes del reino de Israel seguían siendo el pueblo de Yahvé, cuyo corazón sufría al ver hasta qué punto les sacerdotes abusaban de ellos” (Fillion).
Comen los pecados de mi pueblo, y las iniquidades de este le gustan. 9Por eso el pueblo y los sacerdotes tendrán la misma suerte. Los castigaré por su conducta y haré recaer sobre ellos sus obras. 10Comerán, y no se saciarán; fornicarán y no se multiplicarán, por cuanto han dejado de servir a Yahvé. 11Fornicación, vino y mosto quitan el buen sentido. 12 ▼▼12. Sus leños: sus ídolos. Su palo: tal vez la vara de los agoreros, que para consultar a los dioses usaban varas (rabdomancia). Cf. Éxodo 21, 21. Fornicación: nombre bíblico de la idolatría.
Mi pueblo consulta a sus leños, y su palo le da revelaciones; porque el espíritu de fornicación los ha extraviado, se prostituyen apartándose de su Dios. 13 ▼▼13. Alusión a los cultos prohibidos que los israelitas practicaban en los collados a manera de los cananeos. Los escritores sagrados se refieren frecuentemente a ese culto. Cf. III Reyes 14, 23; IV Reyes 17, 10 s.; Jeremías 2, 20; 3, 6; Ezequiel 20, 28; etc.
Ofrecen sacrificios sobre las cimas de los montes, y queman incienso sobre los collados, bajo las encinas, los álamos y los terebintos; porque es grata su sombra. Por eso fornican vuestras hijas y adulteran vuestras nueras. 14 ▼▼14. Hieródulas: mujeres que se prostituían en honor de Astarté. Cf. III Reyes 14, 24 y nota; 15, 12; IV Reyes 23, 7. La Vulgata dice: afeminados: hombres que se dedicaban a la prostitución cultual en los templos.
Sin embargo no castigaré a vuestras hijas fornicarias, ni a vuestras nueras adúlteras, por cuanto ellos mismos van aparte con las prostitutas, y ofrecen sacrificios con las hieródulas; así el pueblo que no entiende corre hacia su perdición. Exhortación a Judá
15 ▼▼15. De aquí y otros lugares (9, 15; 12, 11; Amós 4, 4; 5, 5) se colige que Gálgala, lugar renombrado por el paso del Jordán (Josué 4, 19 s.), así como Betaven (Betel), eran centros de idolatría. Es de notar que Oseas trueca el nombre de Betel que quiere decir casa de Dios, en Betaven, o sea, casa de la abominación; pues allí se adoraba la imagen de un becerro, erigida por Jeroboam (III Reyes 12, 29).
Si tú, oh Israel, fornicas, al menos no se haga culpable Judá. No vayáis a Gálgala, ni subáis a Betaven; ni juréis (diciendo): «¡Vive Yahvé!» 16Porque Israel se extravió como una vaca indómita; mas ahora los apacentará Yahvé cual corderos en lugar espacioso. 17 ▼▼17. Efraím, aquí sinónimo de Israel, el reino de las diez tribus. Oseas usa con preferencia este nombre, en vez de Israel.
Efraím no se separa de los ídolos. ¡Déjale! 18Terminada su embriaguez se entregan a la fornicación; sus príncipes aman sobre todo la ignominia. 19 ▼▼19. El viento de la divina indignación los llevará al cautiverio.
El viento los tiene envueltos en sus alas; y quedarán avergonzados a causa de sus sacrificios.
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