‏ Job 15

Segundo discurso de Elifaz

1
1. Empieza el segundo turno de discursos de los amigos de Job que formulan nuevos cargos, que no pueden ser más graves.
Entonces Elifaz temanita tomó la palabra y dijo:

2“¿Es acaso de sabios

responder con argumentos vanos,

y llenarse el pecho de viento,

3arguyendo con palabras inútiles,

y con razones sin valor?

4
4. Elifaz quiere decir: Tú presumes de tus propias fuerzas y te has alejado del temor de Dios por lo cual no recurres por medio de la oración a la gracia del Creador. Fácil es observar por todo lo que precede (cf. 13, 15 y nota), la enorme injusticia de esta acusación contra Job. El espíritu farisaico de los amigos no puede comprender la verdadera humildad y confianza filial.
De veras, tú destruyes la piedad

y socavas el temor de Dios.

5Porque tu boca revela tu iniquidad,

adoptas el lenguaje de los arteros.

6Tu propia boca, y no yo, te condena,

tus mismos labios testifican contra ti.

7¿Naciste tú el primero de los hombres,

saliendo a la luz antes que los montes?

8¿Escuchaste tú los secretos de Dios,

secuestraste para ti la sabiduría?

9¿Qué sabes tú, que no sepamos nosotros?

¿En qué nos supera tu sabiduría?

10
10. Cabezas canas, es decir, sabios, hombres que tienen experiencia.
También entre nosotros

hay cabezas canas y hombres de edad,

más avanzados en días que tu padre.

11
11. Alude a los discursos anteriores que pretendían consolarlo. Cf. 2, 11; 4, 5.
¿Acaso tienes en poco

las consolaciones de Dios,

y las suaves palabras que se te dicen.

12¿Adónde te lleva tu corazón,

y qué significa el pestañeo de tus ojos?

13¿Por qué diriges contra Dios tu ira,

y profiere tu boca tales palabras?

14
14. Nótese que Job se ha anticipado expresamente a este argumento. Cf. 14, 4 y nota.
¿Qué es el hombre para aparecer inocente;

el nacido de mujer, para ser justo?

15
15. Santos: los ángeles. Véase 4, 18 s. y nota.
Pues Él no se fía ni de sus santos;

los mismos cielos no están limpios a su vista;

16¿cuánto menos este ser,

abominable y perverso, el hombre,

que bebe como agua la iniquidad?

17Te voy a enseñar; escúchame;

te voy a contar lo que he visto,

18lo que los sabios enseñan

sin ocultar nada,

— (como lo recibieron) de sus padres—

19pues a ellos solos fue dado el país,

y no pasó extraño alguno entre ellos.

20Todos sus días el impío es atormentado;

y el tirano ignora el número de sus años.

21
21. Se refiere al remordimiento, sin recordar que eso es precisamente lo que Job no tiene. Contradicción con lo dicho en el versículo 4.
Voz de angustia suena en sus oídos;

en plena paz le asalta el devastador.

22Él mismo pierde la esperanza

de escapar a las tinieblas;

se siente amenazado de la espada;

23
23. El día de las tinieblas: el día de la muerte. El impío siempre está rodeado de tinieblas (temores) aun al sentarse a la mesa.
vaga buscando alimento,

(diciendo): ¿En dónde está?

sabe que es inminente

el día de las tinieblas;

24le aterran angustia y tribulación,

le acometen como un rey

listo para la guerra.

25Pues extendió su mano contra Dios,

se exaltó contra el Todopoderoso.

26Corre contra Él, erguido el cuello,

ocultándose detrás de sus escudos,

27cubierto el rostro con su gordura,

con capas de grosura sus lomos.

28Vive en ciudades asoladas,

en casas inhabitadas,

destinadas a convertirse en ruinas.

29
29 ss. Bien sabemos cómo se equivocaron estas negras predicciones respecto de Job (cf. 42, 7 ss.). Es muy propio del espíritu farisaico, falto de humildad y caridad, el presentarse así como maestros y querer moralizar a los verdaderos amigos de Dios, como hicieron con Cristo. Cf. 20, 6; Mateo 9, 11, etc.
Por eso no será rico,

sus bienes no durarán, y su hacienda

no se extenderá sobre la tierra.

30Nunca escapará a las tinieblas;

la llama abrasará sus renuevos,

y él será llevado

por el soplo de la boca de (Dios).

31No confíe en una engañosa vanidad;

la misma vanidad será su recompensa.

32Ella le llegará

antes que se acaben sus días,

y sus ramas no reverdecerán ya más.

33
33. Esto es: los hijos del impío perecerán viviendo aún su padre. Morir sin hijos equivalía a la maldición.
Sacudirá como la vid sus uvas,

aun estando en cierne,

y como el olivo dejará caer su flor.

34
34. Que reciben regalos para torcer la justicia. Cf. 20, 26.
La casa del impío es estéril,

y el fuego consume la morada

del que se deja sobornar.

35
35. Figura frecuente en la Escritura. Véase Salmo 7, 15; Isaías 59, 4; Oseas 10, 13.
Concibe penas y engendra maldades,

nutriendo en su seno el engaño.”
Copyright information for SpaPlatense