Job 16
Respuesta de Job a Elifaz
1 ▼▼1. Consolar es un arte dificilísimo. Lo enseñan solamente el dolor y la caridad. “Mientras los amigos de Job callaron por respeto a su dolor, todo fue bien; pero en cuanto empezaron a hablar, lo irritaron y lo molestaron; pues cayeron sobre él como representantes de la Ley, ceñudos, inclementes y sombríos, y ponderaron minuciosamente cada una de sus lamentaciones. Aún no han desaparecido estos enojosos consoladores, que tratan al que sufre con aire de superioridad” (Mons. Kepler).
Respondió Job y dijo: 2“Muchas cosas como estas he oído ya. Consoladores molestos sois todos. 3¿Cuándo tendrán fin estas palabras de viento? ¿O qué te incita a responder así? 4Yo podría hablar como vosotros, si estuvierais en mi lugar. 5Os dirigiría un montón de palabras, y menearía contra vosotros mi cabeza. 6Os alentaría con mi boca, y os consolaría con el movimiento de mis labios. 7Mas ahora, aunque hablo, no se mitiga mi dolor, y si callo, ¿acaso por eso se aleja de mí? 8 ▼▼8 s. Los versículos 8 y 9 ofrecen, como observa, Bover-Cantera, múltiples dificultades y han originado un sinnúmero de correcciones e interpretaciones. Algunos toman por sujeto el dolor, como quien dice: el dolor me ha agotado; otros introducen a Dios como causante (cf. 19, 6 y nota). El versículo 9 reza en la Vulgata: Mis arrugas dan testimonio contra mí, y se levanta quien habla falsedad para contradecirme en mi cara; en la versión de Bover-Cantera: Me has llenado de arrugas, que se han hecho testigo (adverso mío), aliándose contra mí mi calumniador, que en mi misma cara depone.
Ahora se han agotado mis fuerzas; Tú has destruido toda mi familia. 9Me has asido y esto es un testimonio (contra mí); se levanta contra mí mi flacura, acusándome cara a cara. 10Su ira me despedaza y me persigue; rechina contra mí sus dientes; enemigo mío, aguza sus ojos contra mí. 11 ▼▼11. Me hieren en las mejillas: Según los santos Padres alusión profética a la Pasión de Cristo, quien iba a ser abofeteado por sus enemigos.
Han abierto contra mí su boca; me insultan, me hieren en las mejillas; a una se han coaligado contra mí. 12 ▼▼12. También aquí es Job figura de Cristo abandonado y entregado por el Padre. Cf. Salmo 21, 2; Mateo 27, 46.
Dios me ha entregado al perverso, me ha arrojado en manos de malvados. 13Vivía yo en paz, pero Él me sacudió; me asió por la cerviz, me hizo trizas, y me eligió por blanco suyo. 14Me rodean arqueros, traspasa mis riñones sin piedad y derrama por tierra mi hiel. 15Me inflige herida sobre herida, corre contra mí cual gigante. 16 ▼▼16. El saco o cilicio, en señal de luto. Lo mismo quiere decir cubrirse de ceniza.
He cosido un saco sobre mi piel, he revuelto en el polvo mi rostro. 17Mi cara está hinchada de tanto llorar, y la sombra de la muerte cubre mis párpados, 18 ▼▼18. La insistencia con que se declara inocente no obstante sus pruebas (10, 7 y nota) es otra alusión a la Pasión redentora. Cf. 42, 16; Salmo 68, 5 y nota.
aunque no hay injusticia en mí y mi oración es pura. 19 ▼▼19. No cubras: para que la sangre derramada clame a Dios por venganza como la sangre del justo Abel. Cf. Génesis 4, 10 s.; Isaías 26, 21; Ezequiel 24, 7.
¡Tierra, no cubras mi sangre, y no sofoques en tu seno mi clamor! 20Aún hay un testigo mío en el cielo, en lo alto reside el que da testimonio en mi favor. 21Mis amigos me escarnecen, mas mis ojos buscan llorando a Dios. 22¡Ojalá que hubiera juez entre el hombre y Dios, así como lo hay entre el hijo del hombre y su prójimo. 23El número de mis años se va pasando, y el camino que sigo no tiene vuelta.”
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