Job 17
Continúa la respuesta de Job a Elifaz
1 ▼▼1. Los versículos 1-3 y 11-15 se leen en el Oficio de Difuntos.
“Mi aliento se agota, mis días se apagan, y (me aguarda) el sepulcro. 2¿No son mofadores los que me rodean? ¿No veo sin cesar sus provocaciones? 3 ▼▼3. Sé Tú mi fiador: Sublime lección de confianza, mucho más fácil desde que Cristo mismo se hizo nuestra caución y nuestro abogado ante el Padre. Cf. I Juan 2, 1 s.; Romanos 8, 34; I Timoteo 2, 5; Hebreos 7, 25; Catecismo Romano I 7, 6; II 2, 5, 18, 63; IV 7, 3; 14, 13.
(Oh Dios), sé Tú mi fiador; ¿quién podría entonces apretarme? 4Pues cerraste su corazón a la sabiduría; no permitas que se ensalcen. 5 ▼▼5. ¡Mis amigos no tienen sabiduría para sí mismos, y pretenden enseñar a otros!
Prometen la presa a sus amigos, en tanto se consumirán los ojos de sus mismos hijos. 6 ▼▼6. A quien se escupe en la cara. También esto se cumplió en Jesús. Cf. Marcos 14, 55.
Soy la fábula de las gentes, y como un hombre a quien se escupe en la cara. 7Mis ojos pierden la vista a causa de aflicción, y mis miembros todos no son más que una sombra. 8Los rectos se pasman de ello, y el inocente se alza contra el impío. 9 ▼▼9. El verdadero justo no se escandalizará por ver la virtud perseguida, ni obrará como el pedregal de que habla Jesús. Cf. Mateo 13, 21.
Con todo, el justo sigue su camino, y el que tiene limpias las manos se hace cada vez más fuerte. 10 ▼▼10. Algunas versiones ponen el signo de interrogación. Según otras Job no les dice “venid”, sino “venís”, reprochándoles que vuelvan a mortificarlo.
Vosotros, volved todos, venid aquí, que no hallaré entre vosotros un solo sabio. 11Pasaron mis días, están desbaratados mis proyectos, los deseos de mi corazón. 12 ▼▼12. Me hacen pasar la noche sin dormir, por lo cual deseo que pronto venga el día (cf. Salmo 29, 6 y nota). Puede también significar que los amigos llaman día a la noche, o sea verdad al error.
Me convierten la noche en día, y en medio de las tinieblas (dicen) que la luz está cerca. 13Por más que espere, el sepulcro es mi morada, en las tinieblas tengo mi lecho. 14 ▼▼14. Todos podemos aplicarnos esta cruda verdad, como lo hace San Bernardo en su célebre fórmula: “¿Qué fui? —Semen pútrido. ¿Qué soy? —Saco de estiércol. ¿Qué seré? —Pasto de gusanos.” Y con todo, somos imagen de Dios y sus hijos de adopción en Cristo. Es el misterio que nos revela San Pablo en Ef. 1, 5. Véase allí la nota.
A la fosa he dicho: «Tú eres mi padre»; y a los gusanos: «¡Mi madre y mis hermanos!» 15¿Dónde, pues, está mi esperanza? Mi dicha, ¿quién la verá? 16Bajarán a las puertas del scheol si de veras en el polvo hay descanso.”
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