‏ Job 21

Respuesta de Job a Sofar

1
1. Sorprende este empeño de Job por seguir hablando a quienes no lo entienden por falta de espíritu. Es que Dios ha querido dejarnos estas grandes lecciones por medio de su querido siervo. Como regla, la Sagrada Escritura nos enseña a huir de toda clase de disputas. Cf. Proverbios 18, 6; I Timoteo 2, 23; Tito 3, 9.
Replicó Job y dijo:

2
2. Este consuelo: el consuelo que me deis y que consiste sencillamente en escucharme. Verdadera obra de misericordia es atender al afligido que se desahoga, y no, por el contrario, amargarlo con reproches.
“Escuchad bien mis palabras.

Que me deis, a lo menos, este consuelo.

3Toleradme, para que pueda hablar;

y cuando haya hablado,

podréis burlaros.

4
4. No de un hombre. “Se trata en verdad de un enigma de la Providencia divina” (Knabenbauer). Cf. 19, 6 y nota.
¿Por ventura me quejo de un hombre?

¿Cómo no ha de impacientarse mi espíritu?

5Miradme y espantaos,

y poned la mano sobre la boca.

6Yo, de solo pensarlo, tiemblo,

y se apodera de mí un escalofrío.

7
7. Job aduce contra las acusaciones de sus amigos un nuevo argumento, advirtiendo que muchas veces aquí abajo los injustos son felices, pero, en cambio, serán castigados en el día de la perdición (versículo 30). Sobre este problema véase Salmo 72 y sus notas; Jeremías 12, 1 ss.; Habacuc 1, 3.
¿Cómo es que viven los inicuos,

alcanzan muchos años y gran fuerza?

8Sus hijos viven en su presencia,

y sus vástagos ante sus ojos.

9Sus casas están en paz, sin temer nada,

y la vara de Dios no los alcanza.

10Sus toros son siempre fecundos,

sus vacas paren y no abortan.

11Como manadas de ovejas

salen sus pequeñuelos,

y sus niños saltan (de gozo).

12Bailan al son de la pandereta y de la cítara,

y se regocijan al son de la flauta.

13
13. Sin darse cuenta: Otros vierten; en un instante (Crampón, Bover-Cantera), tranquilamente (Nácar-Colunga). El sentido es: “No siempre castiga Dios a los malos en este mundo; hasta les envía una muerte apacible en la apariencia” (Cardenal Gomá, Biblia y Predicación p. 269). No conviene, pues, aplicar este pasaje a la vida aparentemente feliz de los impíos que mueren sin sufrir dolor, porque Dios les prepara una inesperada muerte. Sepulcro, en hebreo: scheol. Cf. 19, 25 s. y nota.
Pasan en delicias sus días,

y sin darse cuenta bajan al sepulcro.

14
14. Retírate de nosotros: Hoy se dice esto a Dios de mil maneras, pero con más cortesía, no tan directamente, porque somos hombres cultos. La ofensa es la misma. Es la impiedad, no de los pecadores que caen por frágiles, sino de los soberbios que creen no necesitar de Dios, o de los fariseos que prefieren las tinieblas a la luz (Juan 3, 19; Salmo 35, 4 y nota). Cf. el caso de los gerasenos que pidieron a Jesús que se retirase (Lucas 8, 26 ss.).
Y, sin embargo, estos dicen a Dios:

«Retírate de nosotros,

no nos gusta conocer tus caminos.

15¿Qué es el Todopoderoso para que le sirvamos?

¿Qué ganaremos rogándole?»

16¿No está su fortuna en sus manos?

¡Lejos de mí el consejo de los impíos!

17Pues ¡cuántas veces se apaga la lámpara de los malvados,

y viene sobre ellos su destrucción!

¡Y cuántas veces (Dios) en su ira les asigna dolores!

18Son como hojarasca llevada por el viento,

como tamo que arrebata un torbellino.

19
19. ¿Dios castigará al padre en sus hijos? Job rebate tal aserto de Sofar (20, 10) y de Elifaz (5, 4). Sobre el sentido de Éxodo 20, 5, cf. Ezequiel 18, 20; Génesis 8, 21; Lucas 12, 48; 7, 43; Mateo 9, 11; 18, 13 y Catecismo Romano III, 2, 36.
(Dicen) que Dios guarda para los hijos

la iniquidad del (padre).

¡Que le castigue a él, para que sepa!

20
20 s. Al muerto no le importa el destino de su casa, pues ya no siente nada. Además, la prueba habría de ser en la propia carne, pues nadie suele escarmentar en cabeza ajena.
¡Vean sus propios ojos su ruina,

y beba él mismo la ira del Omnipotente!

21Pues ¿qué interés puede tener él

por el futuro de su casa,

cuando se le cortare el número de sus meses?

22
22. He aquí el fondo de la doctrina de Job y de toda la Sagrada Escritura: Dios es la perfecta Sabiduría y Bondad, y nos da sobradas pruebas de ello como para que pensemos bien de Él, y no lo juzguemos cuando no lo entendemos con la razón. Los pequeños lo entienden porque no lo juzgan sino que lo admiran como un niñito a su padre. Cf. Salmo 50, 6; Romanos 8, 7; 9, 21; Sabiduría 1, 1; Proverbios 9, 9, etc.
¿Es acaso a Dios,

a quien se puede enseñar sabiduría,

siendo Él quien juzga a los grandes?

23
23 ss. Continúa Job exponiendo el misterio de la prosperidad de muchos impíos, etc. (cf. 12, 6 y nota) y lo hace con admirable crudeza de verdad. Dios no tiene nada que ocultar y no necesita de nuestras mentiras para que lo defiendan o le atribuyan una justicia al modo humano.
Uno muere en su pleno vigor,

enteramente feliz y tranquilo,

24cubiertas sus entrañas de grosura,

bien empapada la médula de sus huesos;

25y; otro muere en amargura de alma,

sin haber gozado de los bienes.

26Pero yacen en el polvo de modo igual,

y los cubren los gusanos.

27
27 ss. Los amigos se empeñan en que hay justicia en este mundo, porque ellos son mundanos. Job no teme proclamar toda la verdad: preguntad y veréis que no es así (versículo 29). Por lo demás los cristianos sabemos que los amigos de Dios padecen persecución y odio (cf. Salmo 36, 12; 111, 9 s.; 118, 51, 74 y notas; Hechos de los Apóstoles 7, 54; Juan 16, 1 ss.; II Timoteo 3, 12, etc.). Pero Dios hace suave el yugo dando gozo en las tribulaciones (Salmo 4, 2; Romanos 5, 3), las abrevia (Mateo 24, 22; I Pedro 5, 10), nos librará de ellas (Salmo 33, 20; Lucas 21, 36) y nos dará una gloria incomparablemente mayor (Romanos 8, 18 ss.; Denz. 1014).
Ya conozco vuestros pensamientos,

y los planes insidiosos

que fraguáis contra mí.

28Porque decís:

«¿Dónde está la casa del opresor?

¿Qué se hizo de la tienda

que habitaban los impíos?»

29¿No habéis preguntado jamás

a los que pasan por el camino?

Por eso tampoco conocéis

lo que os indican:

30
30 ss. El día de la perdición: No se refiere al juicio de Dios, y dice a la inversa: que (según lo muestran esos viajeros interrogados) los malos escapan en el día de la desgracia, y son enterrados con honor, etc. Nueva prueba de que Dios se reserva en secreto el destino eterno de los hombres, sin perjuicio de hacer alguna vez un escarmiento en esta vida, v. gr. en el diluvio y en Sodoma, etc., mas el juicio definitivo se verá en la Parusía o Secunda Venida de Cristo (Lucas 17, 26 ss.). Y aún San Pedro nos revela que los castigados en el diluvio con la muerte corporal, pudieron salvar sus almas, gracias a Cristo. Cf. I Pedro 3, 19 s.; 4, 6 y comentario de Fillion; Colosenses 1, 20; I Corintios 5, 5.
que en el día de la perdición

es salvado el impío,

y que escapa en el día de la ira.

31¿Quién le echa en cara su conducta?

y por lo que hizo ¿quién lo castiga?

32Es llevado al sepulcro (con honor),

y sobre su túmulo se vela.

33
33. Leves le son los terrones del valle. Vulgata: Dulce fue él a las arenas de Cocito (río legendario del Hades griego).
Leves le son los terrones del valle;

y todos siguen en pos de él,

así como no tienen número

los que van delante de él.

34
34. Según esto, Job nos da a conocer aquí una vez más el mal espíritu que inspiraba a sus amigos: no solo su error y la vanidad de sus pretendidos consuelos, sino también la falsa apariencia de virtud y el móvil falto de caridad. Es una lección importante en materia de discernimiento de espíritus. Cf. 4, 5 ss.; 11, 3 y notas, y Tobías 2, 12 y 15 donde el Espíritu Santo confirma este juicio sobre los amigos de Job y sobre la santidad de este.
¿Cómo pues me consoláis con vanas palabras

si vuestras respuestas no son más que perfidia?”
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