Leviticus 18
Uniones ilícitas e incestuosas
1 ▼▼1 ss. Este capítulo contiene los impedimentos matrimoniales y fija los grados de parentesco entre los cuales la unión matrimonial está prohibida. La ley mosaica prohíbe terminantemente el matrimonio entre consanguíneos en línea recta, y hasta el segundo grado de la línea colateral (con algunas excepciones). Condena el adulterio, los vicios contra naturaleza y cualquier clase de perversidad sexual. Es admirable con qué franqueza aquí se descubren las monstruosidades de la inmoralidad y la severidad con que Dios protege la santidad del matrimonio y de la familia. Cf. 15, 18 y nota.
Habló Yahvé a Moisés, diciendo: 2“Habla a los hijos de Israel y diles: Yo soy Yahvé vuestro Dios. 3No hagáis lo que se hace en la tierra de Egipto, donde habéis morado; ni hagáis lo que se hace en el país de Canaán adonde Yo os llevo; no sigáis sus costumbres. 4Cumplid mis mandamientos y guardad mis preceptos, caminando por ellos. Yo soy Yahvé, vuestro Dios. 5 ▼▼5. Vivirá por ellos: Se refiere en primer lugar a la vida temporal; promesa repetida muchas veces en el Antiguo Testamento. Lo que no excluye que los justos podían esperar la vida eterna, por la fe y esperanza en el Mesías (San Tomás). Así lo muestra Jesús en Mateo 19, 16-17. San Pablo cita este pasaje en Romanos 10, 5 y Gálatas 3, 12, mostrando que la verdadera vida viene de la fe en Jesucristo.
Guardad mis mandamientos y mis preceptos. El hombre que los cumpliere vivirá por ellos. Yo soy Yahvé. 6Ninguno de vosotros se acerque a una consanguínea suya para descubrir su desnudez. Yo soy Yahvé. 7No descubrirás la desnudez de tu padre, ni la desnudez de tu madre. Es tu madre; no descubrirás la desnudez de ella. 8No descubrirás la desnudez de la mujer de tu padre; es la desnudez de tu padre. 9No descubrirás la desnudez de tu hermana, hija de tu padre o hija de tu madre, nacida en casa o fuera de ella. 10No descubrirás la desnudez de la hija de tu hijo o de la hija de tu hija, pues es tu propia desnudez. 11No descubrirás la desnudez de la hija de la mujer de tu padre, engendrada de tu padre, que es tu hermana. 12No descubrirás la desnudez de la hermana de tu padre; es carne de tu padre. 13No descubrirás la desnudez de la hermana de tu madre, es carne de tu madre. 14No descubrirás la desnudez del hermano de tu padre; no te acercarás a su mujer; es tu tía. 15No descubrirás la desnudez de tu nuera; es la mujer de tu hijo; no descubrirás su desnudez. 16No descubrirás la desnudez de la mujer de tu hermano; es la desnudez de tu hermano. 17No descubrirás la desnudez de una mujer y la de su hija, ni tomarás la hija de su hijo ni la hija de su hija para descubrir su desnudez; son parientas cercanas, sería un crimen. 18No tomarás a una mujer juntamente con su hermana, haciéndola rival de ella y descubriendo su desnudez mientras viva la primera. 19Tampoco te acercarás a una mujer en la impureza de su inmundicia para descubrir su desnudez. 20No te juntes carnalmente con la mujer de tu prójimo, contaminándote con ella. 21 ▼▼21. Moloc, dios de los amonitas, al cual los devotos de este ídolo ofrecían niños, entregándolos al fuego (Jeremías 32, 35; Ezequiel 20, 26). En tiempos de los reyes este culto atroz cundió tanto en el reino de Israel como en el de Judá (IV Reyes 16, 3; 17, 17; 21, 6; 23, 10; Isaías 57, 5; Jeremías 7, 30-32; 19, 1-13, etc.
No darás ningún hijo tuyo para consagrarlo a Moloc; no profanarás así el nombre de tu Dios. Yo soy Yahvé. 22 ▼▼22. Cf. Romanos 1, 24 ss.
No te acostarás con varón como con mujer; es abominación. 23No te copularás con bestia, contaminándote con ella. La mujer no se pondrá delante de una bestia para unirse con ella; es cosa perversa. 24 ▼▼24. ¡He aquí una explicación de la crudeza con que el Señor Dios de toda santidad habla de estas cosas! Como el buen padre abre los ojos del hijo inexperto que corre peligro en un mal ambiente, así previene Él a su pueblo escogido.
No os manchéis con ninguna de estas (abominaciones), pues con ellas se han contaminado las naciones que Yo voy a arrojar de vuestra vista. 25Se ha manchado el país, por lo cual castigaré su maldad, y el país vomitará a sus habitantes. 26Vosotros, pues, guardad mis preceptos y mis leyes, y no cometáis ninguna de estas abominaciones, tanto los de vuestro pueblo, como los extranjeros que moran entre vosotros. 27Porque todas estas abominaciones han cometido los hombres de aquella tierra, anteriores a vosotros, y por eso se ha contaminado el país. 28Mirad, no sea que os vomite la tierra, cuando la contaminéis, como vomitó a las naciones anteriores a vosotros; 29porque todos los que cometan una de estas abominaciones, todos ellos serán exterminados de en medio de su pueblo. 30Guardad, pues, mis preceptos; no practiquéis ninguna de estas costumbres abominables que se practicaban antes de vosotros, ni os contaminéis con ellas. Yo soy Yahvé, vuestro Dios.”
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