Micah 5
El Mesías Rey
1 ▼▼1. En el hebreo este versículo es 4, 14. Interpretación dudosa. Empieza en la versión de Nácar-Colunga diciendo: Tú ahora rodéate de muros, Bet Gader. Es este un nombre propio, que traducido significaría, según la versión de la Vulgata: Hija del ladrón, queriendo aludir, sin duda, a las injusticias de los jefes del pueblo escogido.
¡Fórmate ahora un ejército, ciudad atacada! Nos han puesto sitio; con una vara hieren en la mejilla al juez de Israel. 2 ▼▼2. Grandiosa profecía mesiánica, que reúne los fundamentos de la doctrina cristológica: la eternidad y divinidad del Mesías (cf. Proverbios 8, 22 s.); su consubstancialidad al Padre, su realeza y su reinado. Efrata (los Setenta leen: Casa de Efrata) es el antiguo nombre de Belén y significa la fértil (Génesis 35, 16; 48, 7; Rut 1, 2). Millares: No quiere decir que Belén tuviera mil familias, constituía más bien una subdivisión de la tribu de Judá (Éxodo 18, 21 ss.; Números 1, 16; 10, 4; Zacarías 9, 7 en el texto hebreo, etc.). Belén (Betlehem) significa: casa del pan... y lo fue del Pan vivo que descendió del cielo y da vida al mundo (Juan 6, 33) y es nuestro pan supersubstancial (Mateo 6, 11). De ti me saldrá: Es Dios quien habla, Yahvé, Esposo de Israel y Padre del Mesías que nació de Judá “secundum carnem” (Romanos 9, 5). El apostrofe podría también dirigirse a Judá (a quien pertenece Belén), si se pusiese un punto después de “millares”, quedando así eliminada la preposición “de”. Esto coincidiría con la profecía de Jacob (Génesis 49, 10) dé que el Mesías saldría de Judá. Véase Ezequiel 21, 27 y nota. La inmensa trascendencia de este “glorioso pasaje mesiánico” se ve en la interpretación terminante que los príncipes de los sacerdotes y los doctores de la Ley dieron a Herodes de este anuncio de un dominador “que ha de regir a mi pueblo de Israel” (Mateo 2, 6; Juan 7, 42) y a quien los magos llamaban Rey de los judíos (Mateo 2, 2; cf. Lucas 1, 32). Un autor moderno propone una síntesis de las profecías mesiánicas en la forma siguiente: Jesús, anunciado por Juan Bautista como venido para el juicio (Mateo 3, 10; Lucas 3, 9), vino a cumplir las profecías que lo anunciaban como Mesías Rey de los judíos (Mateo 5, 17). Siendo rechazado por la violencia (Mateo 11, 12; Juan 1, 11), Él ofreció, a los que creyeron, hacerlos hijos de Dios (Juan 1, 12) y jueces con Él en el día de su venida para el juicio. (Mateo 19, 28; Apocalipsis 3, 21; 20, 4). Al efecto, después de resucitar, les dio en prenda su Espíritu Santo que había prometido en el nombre del Padre (Lucas 24, 49; Juan 14, 16; Hechos 1, 4; 2, 2-4; II Corintios 1, 22; 5, 5), y los reunió bajo su Ley de caridad (Juan 13, 34; 15, 12) en la Iglesia formada por los gentiles (Juan 12, 52; Hechos 13, 46) y perseguida como Él lo fue (Juan 15, 18; 16, 4; I Juan 3, 13; I Pedro 4, 12 ss.), prometiéndoles volver (Juan 14, 18 y 28; 16, 16) y celebrar, cuando se haya cumplido todo, sus Bodas con la Iglesia en la Jerusalén celestial (Apocalipsis 19, 6-9; 21, 2 ss.). Y cuando Él haya triunfado de todos sus enemigos (I Corintios 15, 25), entregará el reino a su Dios y Padre (I Corintios 15, 24), a quien se sujetará también el mismo Hijo para que el Padre sea todo en todas las cosas (I Corintios 15, 28).
Pero tú, Belén de Efrata, pequeña (para figurar) entre los millares de Judá, de ti me saldrá el que ha de ser dominador de Israel, cuyos orígenes son desde los tiempos antiguos, desde los días de la eternidad. 3 ▼▼3. Concuerda este texto maravillosamente con Isaías 7, 14, el cual se refiere a la concepción virginal de Jesús. Algunos intérpretes lo relacionan con Apocalipsis 12, 2-6 y con la conversión final de Israel (cf. 4, 10; Isaías 66, 7). Por esto: sobre la relación de causalidad que establecen estas palabras, Gil Ulecia cita, y considera la más acertada, la interpretación de van Hoonacker, que dice: “La cosa motivada es la determinación del momento hasta el cual no será librado el pueblo, y el motivo es el advenimiento del Rey Salvador; puesto que un príncipe salido de Belén gobernará a Israel, que será oprimido o maltratado por sus enemigos hasta el tiempo en que dará a luz la que ha de dar a luz. Que Israel será sometido al sufrimiento, resulta de 4, 14” (es decir 5, 1 de la Vulgata). Los restos de sus hermanos: en la opinión de algunos “el resto de los hermanos del Mesías: aquellos de los judíos que habrán sobrevivido a las calamidades antes predichas”. Son los restos de que se habla en 4, 7; Joel 2, 32; Isaías 11, 12; etc. Según otros, el profeta anuncia la unidad del futuro Israel mesiánico, en que los de Judá volverán a unirse con los de Israel (Jeremías 3, 18; Ezequiel 37, 15 ss., etc.). Hay también quienes aplican este concepto de hermanos a otros pasajes. Cf. Salmo 21, 23; Hebreos 2, 12 y 16 s.; Juan 20, 17; Mateo 25, 40, etc.
Por esto los entregará (a sus enemigos), hasta el tiempo en que dará a luz la que ha de dar a luz, y los restos de sus hermanos regresarán a los hijos de Israel. 4 ▼▼4. Estas palabras nos hablan de la gloria y universalidad del reino del Mesías, su poder y soberanía, “que no son otros que el poder y soberanía del mismo Yahvé. Si el Rey-Mesías fuera solamente hombre, sería incapaz de estar revestido de ellos. Esta frase es paralela a Isaías 9, 5 y 11, 2, y atestigua, como esos pasajes, la divinidad del Mesías. En consecuencia, 5, 4 arroja luz divinizante sobre 5, 2… y al mismo tiempo la recibe de él, pues la razón de estar el Mesías honrado con atributos divinos no es otra que sus orígenes divinos también” (Gil Ulecia). El mismo autor hace notar que antes vimos los orígenes del Mesías, y que ahora este versículo es la descripción magnífica de su imperio o las cualidades con que estará adornada su actividad como rey- emperador; el modo, el poder, la paz, su magnificencia (glorificación) y su amplitud (universalidad)”.
Él se mantendrá firme, y apacentará (su grey) con la fortaleza de Yahvé, y con la majestad del Nombre, de Yahvé, su Dios; y ellos habitarán (en paz), pues entonces será Él glorificado hasta los términos de la tierra; 5 ▼▼5 s. Este será la paz: Beneficio en que se encierra todo lo que los hombres necesitan para vivir en seguridad y tranquilidad. Cf. Isaías 9, 6. Cuando el asirio penetrare: Crampón pone aquí una nota de gran importancia para la inteligencia de las profecías escatológicas: “El asirio figura como tipo de los enemigos de los últimos tiempos.” Véase Isaías 5, 25 y nota; 30, 28 y 31; 31, 4-8; Salmo 75 y 82 y notas, etc. El Israel de Dios, con la garantía de un príncipe grande, el Mesías, nada tendrá que temer de ningún enemigo. Análogo significado ha de atribuirse a la expresión la tierra de Nimrod (Babilonia), que es otra figura de los enemigos del Reino de Dios. Siete pastores y ocho príncipes, defensores del Reino, pero súbditos del Mesías. Siete es el número de la perfección, y ocho el de la superabundancia. El sentido es: Dios enviará tantos libertadores cuantos se necesiten.
y Él será la paz. Cuando el asirio penetrare en nuestra tierra y ponga su pie en nuestros palacios, le opondremos siete pastores y ocho príncipes, 6que apacentarán el país de Asiria con la espada y la tierra de Nimrod con sus cuchillos. Él (nos) librará del asirio cuando este invadiere nuestra tierra y hollare nuestro territorio. 7 ▼▼7 ss. Estos versículos tratan de la acción misional de Israel y de la eficacia divina que de allí ha de salir (cf. Salmo 95, 3 y nota; Isaías 37, 31 s.). Del reino mesiánico se derramarán bendiciones sobre todas las razas y naciones. Pero Israel será también como un león en medio de los pueblos, los pisoteará y desgarrará, siendo la ruina para muchos (cf. Isaías 60, 12; Lucas 2, 34). Es de notar que en Apocalipsis 5, 5 Jesús es llamado el león de la tribu de Judá (cf. Génesis 49, 9). Ni espera nada de los hijos de los hombres: Véase 4, 3 y nota. Tal había sido el gran pecado de Israel. Cf. Oseas 14, 4; Zacarías 11, 8 y nota.
Y el resto de Jacob estará entre muchas naciones, como rocío de Yahvé, como lluvia sobre la hierba, que no aguarda a nadie, ni espera (nada) de los hijos de los hombres. 8Y será el resto de Jacob entre las naciones, en medio de muchos pueblos, como león entre las bestias de la selva, como leoncillo entre los hatos de ovejas; el cual pasa, huella y despedaza, y no hay quien salve. 9Se alzara tu mano sobre tus adversarios, y todos tus enemigos serán exterminados. Purificación de Israel
10 ▼▼10. Caballos y carros simbolizan los armamentos de guerra de Israel. Esto no es amenaza, sino promesa. Cf. 4, 3. Cuando las naciones hayan sido reducidas a la impotencia, Israel no necesitará ya instrumentos bélicos. Cf. 1, 10 y nota (in fine).
En aquel día, dice Yahvé, extirparé tus caballos de en medio de ti y destruiré tus carros. 11 ▼▼11. La purificación religiosa de Israel ha de extenderse a la destrucción de la idolatría. Solo habrá conocimiento y culto del Dios verdadero. Arruinaré las ciudades: Porque en la edad de oro mesiánica no harán falta esos grandes centros de corrupción. ¡Qué contraste con lo que presenciamos en nuestro tiempo!
Arruinaré las ciudades de tu tierra y destruiré todas tus fortalezas. 12Quitaré de tu mano las hechicerías, y no habrá más agoreros en ti. 13 ▼▼13. Piedras de culto (en hebreo: massebah): piedras representando a Baal. Ascheras: troncos de árboles o ramas que simbolizaban a Astarté. Véase Deuteronomio 16, 21.
Cortaré de en medio de ti tus estatuas y tus piedras de culto, y no adorarás más la obra, de tus manos. ▼▼14. Toda esta depuración del pueblo de Dios es la condición de su acción misional entre los demás. “Israel, una vez santificado, podrá ejercer su juicio contra las naciones aún rebeldes” (Crampón). Dios se mostrará benigno con su pueblo, mas castigará severamente a los gentiles rebeldes.
Arrancaré de en medio de ti tus ascheras y destruiré tus ciudades; 14y con ira e indignación tomaré venganza de los pueblos que no escucharon.
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