‏ Psalms 47

Grandezas del Señor en Sión

1
1. Este Salmo celebra a la Jerusalén liberada, en honor de Dios su libertador. Fillion lo llama “canto de victoria como los dos precedentes”.
Cántico. Salmo de los hijos de Coré.
2Grande es Yahvé
en la ciudad de nuestro Dios,
y digno de suma alabanza.
3
3. “El monte Sión entonces no era sino el gozo del pueblo judío; pero destinado a ser centro de paz y de delicias para todo el universo. Cf. Salmo 46; Isaías 2, 2 ss.; Lamentaciones 2, 15” (Fillion). La ciudad del gran Rey: Es el nombre de Jerusalén, según lo enseñó Cristo (Mateo 5, 35) y el gran Rey es Él mismo, como lo hemos visto en el Salmo 44, etc. Extremo norte: Pasaje diversamente traducido: a las vertientes del Norte (Prado); remate boreal (Bover-Cantera); se yergue bello al lado del Norte (Nácar-Colunga); es como decir, el lugar más eminente, donde debía estar “el tabernáculo o palacio del Augusto Rey” (cf. Isaías 14, 13; Salmo 2, 6). El monte Sión con el Templo formaba antiguamente la extremidad norte de Jerusalén. Pero es muy posible que el poeta no aluda a la situación geográfica, sino “a la creencia de una montaña santa situada al norte, una especie de poético Olimpo, y quiere decir que el monte Sión es la verdadera montaña santa, el verdadero Olimpo” (Bover-Cantera).
Su monte sagrado es gloriosa cumbre,
es el gozo de toda la tierra;
el monte Sión, (su) extremo norte,
es la ciudad del gran Rey.
4En sus fortalezas,
Dios se ha mostrado baluarte seguro.
5
5. Véase Salmo 2, 2; Apocalipsis 16, 14-16; 19, 19; 20, 7; Ezequiel 38.
Pues, he aquí que los reyes
se habían reunido,
y acometieron a una;
6mas apenas le vieron, se han pasmado,
y aterrados han huido por doquier.
7Los invadió allí un temblor,
una angustia como de parto,
8
8. Las naves de Tarsis, región situada en el Mediterráneo occidental (probablemente España; según otros, el norte de África). Cf. Isaías 2, 16; 33, 21; Ezequiel 27, 25.
como el viento de Oriente
cuando estrella las naves de Tarsis.
9
9. Como lo habíamos oído por boca de los profetas. Cf. versículo 15 y nota; Deuteronomio 4, 30; Salmo 43, 2; Isaías 59, 20, citado en Romanos 11, 26 s., etc.
Como lo habíamos oído,
así lo hemos visto ahora
en la ciudad de Yahvé de los ejércitos,
en la ciudad de nuestro Dios:
Dios la hace estable para siempre.
10Nos acordamos, oh Dios,
de tu misericordia
dentro de tu Templo.
11Como tu Nombre, Dios,
así también tu alabanza
llega hasta los confines de la tierra.
Tu diestra está llena de justicia.
12Alégrese el monte Sión;
salten de júbilo las ciudades de Judá,
a causa de tus juicios.
13
13 s. Reparad en la ciudad santa, examinad la insuficiencia de sus escasos medios de defensa y veréis que solo Dios nos ha salvado (cf. Salmo 32, 17 y nota). Pensamiento que los Salmos no se cansan de repetir, porque los hombres no creen en esto. Aun los que nos llamamos creyentes no siempre vivimos de esa fe. Si lo hiciéramos, todos seríamos felices y santos (Hebreos 10, 38; Mateo 6, 33; I Corintios 1, 27 ss.).
Recorred a Sión, circulad en rededor,
contad sus torres;
14considerad sus baluartes,
examinad sus fortalezas,
para que podáis referir
a la generación venidera:
así es de grande Dios,
15
15. Véase Isaías 4, 5; 24, 23; Ezequiel 37, 26 ss.; Joel 2, 32; Daniel 7, 14; Abdías 17; Miqueas 4, 7; Apocalipsis 11, 15; 14, 1 s., etc.
nuestro Dios para siempre jamás.
Él mismo nos gobernará.
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