Wisdom of Solomon 4
Alabanza de la castidad
1 ▼▼1. Oh cuan bella, etc. En griego: más vale la esterilidad virtuosa. Es continuación del capítulo anterior, versículo 13 y siguientes. Este elogio del matrimonio casto y legítimo, y más aún de la virginidad, se aplica en la Liturgia a las Santas Vírgenes. Véase I Corintios, capítulo 7.
Oh, ¡cuán bella es la generación casta con claridad! Inmortal es su memoria, y en honor delante de Dios y de los hombres. 2Cuando está presente, la imitan; y cuando se ausenta, la echan de menos; coronada triunfa eternamente, ganando el premio en combates inmaculados. 3Pero la raza de los impíos, aunque multiplicada, de nada servirá; no echarán hondas raíces los pimpollos bastardos, ni tendrán una estable consistencia. 4Que si por algún tiempo brotan sus ramas, como no están firmes serán sacudidos por el viento, y desarraigados por la violencia del huracán. 5Con lo que serán desgajadas sus ramas antes de acabar de formarse; inútiles y de áspero gusto son sus frutos, y para nada buenos. 6 ▼▼6. Nótese la trágica elocuencia de este argumento, igualmente aplicable a los divorciados, que dejan sin padres a sus propios hijos. Véase Malaquías 2, 14 y siguientes. Ojalá que todos los hijos de padres cristianos pudieran decir, como el joven Tobías: Somos hijos de santos (Tobías 2, 18).
Porque los hijos nacidos de uniones ilícitas, al preguntárseles de quién son, vienen a ser testigos que deponen contra la maldad de sus padres. De la temprana muerte de los justos
7 ▼▼7. Lugar de refrigerio: se refiere al sitio donde se encuentran las almas. (Apocalipsis 6, 9-11), a la espera de la resurrección gloriosa de los cuerpos (3, 3 y nota).
Mas el justo, aunque arrebatado de la muerte, estará en lugar de refrigerio. 8 ▼▼8. La plenitud de la vida no está en los muchos años; está en la perfección. “¿Qué importa ser joven, cuando al ímpetu de la juventud no se une la reflexión y la prudencia? y ¿qué aprovecha ser anciano, si el largo rodar de los años no logró acabar con la frivolidad y ligereza?” (Fernández, Flor. Bibl. IX, p. 20 s.). La piedad y sabiduría suplen lo que falta del número de años. Véase Salmo 118, 99 s.; Proverbios 1, 4 y nota. Corneille, en El Cid, se vale de este concepto.
Porque no hacen venerable la vejez los muchos días ni los muchos años; sino que la prudencia del hombre suple las canas, 9y es edad anciana la vida inmaculada. 10 ▼▼10. Así el patriarca Henoc fue trasladado a otra parte (Génesis 5, 24 y nota). Véase Eclesiástico 44, 16; Hebreos 11, 5.
Porque agradó a Dios, fue amado de Él; y cómo vivía entre los pecadores, fue trasladado a otra parte. 11 ▼▼11. y siguientes. Esta palabra que nos enseña que todo lo hace Dios por misericordia y para nuestro mayor bien (Romanos 8, 28) es un inmenso consuelo para los que pierden en la flor de la juventud a sus seres queridos. No lo olvidemos en nuestras cartas de condolencia.
Fue arrebatado para que la malicia no alterase su modo de pensar, ni sedujesen su alma las apariencias. 12 ▼▼12 s. Es “la fascinación de la bagatela”: Véase Eclesiastés 7, 40; Salmo 13, 1 y notas. La inconstancia de la concupiscencia pervierte el ánimo inocente: “De donde da a entender el Espíritu Santo, que aunque no haya precedido malicia concebida en el entendimiento del alma, solo la concupiscencia y gozo de estas basta para hacer en ella este primer grado de este daño, que es el embotamiento de la mente y oscuridad del juicio para entender bien la verdad y juzgar de cada cosa como es” (San Juan de la Cruz, Subida del Monte Carmelo, III, 18). Con lo poco que vivió (versículo 13): Ese mismo Santo nos explica cómo el amor llena los pocos años y suple un largo periodo de vida (cf. I Corintios 13). Es lo que nos descubrió Jesús en la parábola de los obreros de la última hora (Mateo 20, 1 y siguientes.).
Pues el hechizo de la vanidad oscurece el bien; y la inconstancia de la concupiscencia pervierte el ánimo inocente. 13Con lo poco que vivió, llenó una larga vida. 14Porque su alma era grata a Dios; por eso se apresuró Él a sacarle de en medio de los malvados. Mas viendo las gentes, no entendieron, ni reflexionaron en su corazón: 15que la gracia de Dios y la misericordia son para sus santos, y que Él fija su mirada sobre los escogidos. 16El justo muerto condena a los impíos que viven; y su juventud presto acabada, la larga vida del pecador. 17Verán el fin del hombre prudente, y no comprenderán los designios de Dios sobre él, ni cómo el Señor le ha puesto en salvo. 18Le verán, y le mirarán con desprecio, mas el Señor se burlará de ellos. El fin tremendo de los impíos
19 ▼▼19. Perecerá su memoria. Véase Salmo 9B, 6; Proverbios 10, 7.
Al cabo vendrán a morir sin honor, y estarán con eterna infamia entre los muertos; porque Él hará que hinchados revienten por medio, sin que osen abrir su boca, y los desquiciará desde los cimientos. Serán reducidos a extrema desolación; quedarán gimiendo, y perecerá su memoria. 20 ▼▼20. Los pecados son representados como personas que acusan en el día del juicio a los malvados, de modo que estos no podrán negarlos ni excusarlos. Jesús dice que el juez será la palabra por Él predicada y que no quisieron escuchar (Juan 12, 48). Cf. Romanos 2, 15 y nota.
Comparecerán llenos de espanto por el remordimiento de sus pecados, y sus iniquidades se levantarán contra ellos.
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