Zephaniah 1
1 ▼▼1. La genealogía de Sofonías es la más larga de todos los profetas, quizá para hacerla remontar hasta Ezequías, lo que ha inducido a algunos a creer que se trata del rey del mismo nombre (721-693).
Palabra de Yahvé, que llegó a Sofonías, hijo de Cusí, hijo de Godolías, hijo de Amarías, hijo de Ezequías, en los días de Josías, hijo de Amón, rey de Judá. El día del Señor
2 ▼▼2 s. Es el preludio de las grandes amenazas contra Jerusalén y el reino de Judá. Los escándalos: los ídolos.
Haré desaparecer de la tierra todas las cosas, dice Yahvé. 3Acabaré con los hombres y las bestias; exterminaré las aves del cielo y los peces del mar, y los escándalos de los impíos; y aniquilaré al hombre de sobre la faz de la tierra, dice Yahvé. 4 ▼▼4. Los vestigios de Baal: He aquí la causa de la ira de Dios: la idolatría a manera de los cananeos, que adoraban a Baal y Astarté como personificaciones de la fertilidad de la naturaleza, practicando su culto en los lugares altos, contra los cuales se dirigieron durante varios años las reformas religiosas de los reyes piadosos, especialmente las de Ezequías y Josías.
Extenderé mi mano contra Judá, y contra todos los moradores de Jerusalén; y exterminaré de este lugar los vestigios de Baal, a los ministros (de Baal) y a los sacerdotes (de Yahvé); 5 ▼▼5. Milicia del cielo se llaman los astros a los cuales se ofrecían inciensos sobre los terrados (Jeremías 19, 13). El jurar por Milcom es síntoma de la diabólica mezcla del culto de Dios con la adoración de los ídolos, que es lo que a Él indigna más que nada. Milcom era el dios nacional de los ammonitas, cuyo culto inhumano se practicaba también en Jerusalén (III Reyes 11, 5 y 7). Cf. Jeremías 49, 3; Amós 1, 15 y nota.
también a los que en los terrados se postran ante la milicia del cielo; a aquellos que adoran a Yahvé y juran por Milcom; 6a quienes han dejado de seguir a Yahvé, y a los que no buscan a Yahvé, ni procuran encontrarlo. 7 ▼▼7. El día de Yahvé: el día del juicio (cf. versículos 14-15; Isaías 2, 12 y nota; Joel 1, 15; Abdías 15, etc.). Yahvé convida a los pueblos al trágico festín. La víctima es Judá. Los convidados han sido santificados, esto es, preparados ritualmente.
¡Silencio ante Yahvé, el Señor! porque el día de Yahvé se ha acercado, pues Yahvé ha preparado un sacrificio, ha santificado a sus convidados. 8 ▼▼8. Se visten como extranjeros: Evidente indicio de que también su corazón se ha alejado de la religión de los padres (cf. Isaías 2, 6 ss. y nota). El mayor desprecio a Dios, que eligió a Israel y la llenó de privilegios, era envidiar a los paganos. De ahí vino siempre la corrupción, la idolatría y la degeneración de Israel, y hasta el rey Salomón cayó por causa de las mujeres extranjeras. En la moda se manifiesta el espíritu, como lo vemos palpablemente en la de hoy. Véase Ezequiel 13, 18 s. y nota. En sentido espiritual el vestido extraño es la hipocresía. El hipócrita busca cómo disfrazarse, mas “ay del que es de corazón doble” (Eclesiástico 2, 14); al ojo de Dios no escapará. Cf. Isaías 29, 15; Mateo capítulo 23; Juan 1, 47 y nota.
En aquel día del sacrificio de Yahvé, castigaré a los príncipes y a los hijos del rey; y a cuantos se visten como extranjeros. 9 ▼▼9. Saltan sobre el umbral: Así entraban los filisteos en su templo de Dagón. De ahí vino quizá la costumbre supersticiosa de no pisar el umbral de la casa, costumbre divulgada hasta entre los pueblos modernos. La Vulgata vierte: entran por los umbrales: Esta versión adoptada aquí por San Jerónimo parecería poner de relieve “la insolencia con que los grandes penetraban en el templo de Yahvé, para ofrecer sacrificios cuya materia provenía de la violencia y del robo” (Fillion).
En aquel día castigaré también a todos los que saltan sobre el umbral, a los que llenan de violencia y fraude la casa de su Señor. 10 ▼▼10 s. La puerta de los Peces se hallaba en la parte septentrional de Jerusalén. Por Segunda ha de entenderse un barrio nuevo, Los collados asimismo significan puntos topográficos de Jerusalén. Mortero: nombre de otro barrio de Jerusalén. Los traficantes: literalmente: el pueblo de los cananeos. Cf. Prov. 31, 24 y nota; Oseas 12, 7. Todos los que pesan plata: Vulgata: los envueltos en plata. Terrible alusión a los ricos de Jerusalén, que recuerda la de Santiago 5, 1 ss. Ellos, en primer lugar, han de experimentar la catástrofe, particularmente los negociantes. Cf. Zacarías 14, 21.
En aquel día, dice Yahvé, se oirán gritos tremendos desde la puerta de los Peces, alaridos desde la (Ciudad) Segunda, y un gran estruendo desde los collados. 11¡Aullad, habitantes del Mortero, porque todos los traficantes han perecido; desaparecieron todos los que pesan plata. 12 ▼▼12. Sentados sobre sus heces, es decir, los grandes y opulentos que reposan seguros como el licor sobre las heces de las cuales toma color y fuerza. Véase Jeremías 48, 11-12. Es la más ofensiva blasfemia para el Dios vivo, sin él cual “no cae un pajarillo”, para el Dios celoso que reclama amor “de todo el corazón” y exige que nos decidamos “por Él o contra Él”, el mirarlo así como a un ente pasivo e inútil, que no hace bien ni mal.
En aquel tiempo escudriñaré Yo a Jerusalén con linternas, y castigaré a los gordos sentados sobre sus heces, que dicen en su corazón: “No hace Yahvé ni bien ni mal.” 13 ▼▼13. Véase Deuteronomio 28, 30; Amós 5, 11; Miqueas 6, 15.
Sus riquezas vendrán a ser saqueadas, y reducidas a desolación sus casas. Edificarán casas, y no las habitarán; plantarán viñas, y no beberán su vino. Terrores del día del Señor
14Cerca está el día grande de Yahvé; próximo está y llega con suma velocidad. Es tan amarga la voz del día de Yahvé, que lanzarán gritos de angustia hasta los valientes. 15 ▼▼15 ss. El día de ira es, como el día grande (versículo 14), día de juicio para Jerusalén (cf. 3, 1), como en 3, 8 ss. lo será para las naciones, o sea los gentiles. En este pasaje se inspiró el autor del “Dies irae”. Las enérgicas expresiones que el profeta emplea aquí y en los versículos siguientes, muestran que el juicio ejecutado en Jerusalén es figura del juicio general de las naciones, así como en el capítulo 24 de San Mateo Jesús habla al mismo tiempo de la ruina de Jerusalén y de lo que ocurrirá en su segunda Venida.
Día de ira es aquel día, día de angustia y aflicción, día de devastación y ruina, día de tinieblas y oscuridad, día de nubes y densas nieblas; 16día de trompeta y alarma contra las ciudades fuertes y las altas torres. 17Yo angustiaré a los hombres, de modo que andarán como ciegos, porque han pecado contra Yahvé; su sangre será derramada como polvo, y su carne como estiércol. 18Ni su plata ni su oro podrá librarlos en el día de la ira de Yahvé; el fuego de sus celos devorará toda la tierra; pues Él hará una ruina total, una destrucción repentina de todos los moradores de la tierra.
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