Zephaniah 3
Los pecados de Jerusalén
1 ▼▼1. Llega el juicio a Jerusalén, que tantas veces ha provocado la ira de Dios y tan a menudo fue rescatada por la mano fuerte del Señor, sin convertirse. Jesucristo repite la queja del profeta (versículo 2) y dice a los jefes de la Sinagoga: “Vosotros no lo habéis querido.” Véase Mateo 23, 37 y Lucas 13, 34. Cf. Lucas 19, 42-44 y notas. En la Vulgata reza este verso: ¡Ay de ti, ciudad rebelde, y rescatada, oh paloma!
¡Ay de la rebelde y contaminada, la ciudad opresora! 2No quiere escuchar la voz, no admite la corrección; no pone su confianza en Yahvé, ni quiere acercarse a Dios. 3 ▼▼3. Véase Ezequiel 22, 27; Miqueas 3, 1 y 11, etc.
Sus príncipes en medio de ella son leones rugientes, sus jueces, lobos nocturnos; que no dejan hueso para mañana. 4 ▼▼4. Véase Ezequiel 22, 28; Oseas 4, 6; Miqueas 3, 11, etc.
Sus profetas son fanfarrones, hombres pérfidos; sus sacerdotes profanan el Santuario, violan la Ley. 5 ▼▼5. Cada mañana: cada día manifiesta el Señor su voluntad por su Ley y por boca de los profetas. Más aún, está presente en su santo Templo.
Mas Yahvé es justo en medio de ella, no hace iniquidad; cada mañana manifiesta Él su justicia, que nunca queda escondida, pero el impío no conoce la vergüenza. 6 ▼▼6 s. ¡Admiremos la paternal ternura de este lenguaje! Pero Jerusalén no escarmentó por los castigos que cayeron sobre las otras naciones. El juicio que viene sobre ella, es pues, justísimo. Véase 1 y nota.
Yo he destruido naciones, han sido arrasadas sus ciudadelas, he devastado sus calles, de modo que nadie transita; sus ciudades están devastadas, han quedado sin nombre, sin habitante. 7Decía Yo: De cierto me temerás; aceptarás la corrección; y no será destruida su morada, como tenía resuelto contra ella; pero ellos se apresuraron a multiplicar sus obras perversas. 8 ▼▼8. Apostrofe del Señor a la ciudad impenitente. El día en que me levante para la presa. En efecto “si junta aquí a las naciones es precisamente para batirlas y para despojarlas” (Fillion). Cf. Zacarías 12, 1-9; Ezequiel capítulos 38 y 39 y notas.
Por eso, esperadme, dice Yahvé, hasta el día en que me levante para la presa; pues he decretado congregar los pueblos y juntar los reinos, para derramar sobre ellos mi indignación, todo el furor de mi ira: porque el fuego de mis celos devorará toda la tierra. Promesas mesiánicas
9 ▼▼9 ss. En lo que sigue reconocen los santos Padres comúnmente una profecía mesiánica. Jesucristo mudará el semblante de la tierra. “Se hablará un nuevo lenguaje, puro y desconocido hasta entonces, con que todos con un mismo corazón y el mismo espíritu recibirán el yugo suave de la nueva Ley, invocando, adorando y alabando a un solo y verdadero Dios del cielo y de la tierra” (Scío). Algunos suponen aquí una restauración de la lengua universal que se confundió en Babel (véase Génesis 11, 1 y 9), lo que es poco probable, puesto que carecería de millares de palabras para designar los objetos de la cultura moderna.
Entonces volveré a dar a los pueblos labios puros, para que todos invoquen el Nombre de Yahvé, y le sirvan de común acuerdo. 10 ▼▼10. Me traerán ofrendas: Véase Isaías 60, 5-6; Salmo 67, 30-32; Miqueas 4. I ss.
Desde más allá de los ríos de Etiopía, mis adoradores, mis hijos dispersos, me traerán ofrendas. 11En aquel día no tendrás ya que avergonzarte de todas tus obras, con que prevaricaste contra Mí, porque entonces quitaré de en medio de ti a los que se alegraban con altanería, y no volverás a engreírte en mi santo monte. 12 ▼▼12. En aquel día salvará el Señor el resto del pueblo de Israel, para formar un nuevo reino de paz y santidad. Esta nota de humildad se halla en muchos pasajes como para mostrar que ello vendrá cuando el pueblo se halle en el colmo del abatimiento. Véase Salmo 17, 28; 89, 15; 101, 18 y nota; Isaías 48, 10.
Dejaré en medio de ti un pueblo pobre y humilde, que confiará en el Nombre de Yahvé. 13 ▼▼13. Véase esta paz anunciada en Ezequiel 39, 25 ss. Cf. Ezequiel 38, 11 ss.
El resto de Israel no cometerá iniquidad, no dirá mentira, y ni se hallará en su boca lengua falaz. Se apacentarán y reposarán, sin que nadie los espante. Glorificación de Israel
14 ▼▼14 ss. Al final de este divino Libro, Sofonías pinta un cuadro de la edad áurea de Israel. No es más la Jerusalén rebelde; ni siquiera habrá malhechores, pues Dios los sacará de en medio de ella (versículo 18), sino la nueva Jerusalén, el Israel de Dios. En aquel día de perpetua felicidad, el mismo Dios celebrará las alabanzas de Sión y no dejará de amarla constantemente (versículo 17), después de librarla de todos sus enemigos. El Señor (versículo 15) “se manifestará como rey infinitamente poderoso, de suerte que no quedará en sus corazones ningún sentimiento de temor” (Fillion).
¡Entona himnos, hija de Sión, da voces de júbilo, oh Israel! ¡alégrate y regocíjate de todo corazón, hija de Jerusalén! 15Pues Yahvé ha apartado tus castigos, ha ahuyentado a tu enemigo. El rey de Israel, Yahvé, está en medio de ti; no temas ya el mal. 16 ▼▼16. Nótese el extraordinario lirismo del amor que se manifiesta en este pasaje, como un eco de Isaías 35, 3 s.; 62, 11 ss., etc.
En aquel día se dirá a Jerusalén: ¡No tengas miedo Sión; no se caigan tus manos! 17Yahvé, tu Dios, está en medio de ti, el Poderoso, el Salvador. En ti hallará Él su gozo en constante amor, y se regocijará sobre ti con gritos de alegría. 18 ▼▼18. Texto dudoso: Se han propuesto muchas correcciones. La Vulgata vierte: Yo recogeré a los hombres vanos que se han apartado de la Ley, porque eran tuyos, para que no padezca más confusión a causa de ellos. Bover-Cantera: A los abatidos sin esperanto elimino de ti, pues se han convertido en oprobiosa carga. Fillion comenta: “Esto significa que en lo futuro ningún miembro del pueblo de Dios gemirá más en tierra extranjera, incapaz de asistir a las solemnidades religiosas que se celebraban en el Templo. En efecto, todos los crueles opresores habrán desaparecido. Cf. versículo 19.” Páramo anota: “Profecía de la conversión de todo el pueblo judaico a la fe de Jesucristo.” Véase Romanos 11, 25 ss.
Yo congregaré a los afligidos
(privados) de las fiestas;
porque tuyos son; sufrían por ella humillación. 19 ▼▼19. “El día del Señor, que el profeta anuncia, será un juicio sobre todas las naciones, que recibirán su castigo mientras que Israel, purificado por el cautiverio, se convertirá a Yahvé que le recibirá. Entonces Sión cantará alegre, tanto más cuanto que ve el castigo de cuantos la maltrataron” (Nácar- Colunga). Véase Isaías 60, 12 ss.; Joel 3, 1 ss., etc. A la que cojeaba, etc.: Véase Miqueas 4, 6 s.; Isaías 54, 1 y nota; 62, 4. Gloria y nombradía: Es tomado de Deuteronomio 26, 19. Cf. Isaías 61, 7, etc.
He aquí que en aquel tiempo acabaré con todos tus opresores; salvaré a la que cojeaba, y recogeré a la repudiada y les daré gloria y nombradía en toda aquella tierra en que sufrieron ignominia. 20 ▼▼20. El fin del cautiverio babilónico es tomado como punto de partida para la futura gloria de Israel. Cf. Salmo 13, 7; 84, 2; 125, 1 y 4; Isaías 11, 12; 27, 11 ss.; 56, 8; Jeremías 30, 18; Ezequiel 28, 25; 34, 13; 37, 21; 39, 25; Amós 9, 14, etc. Véase la Introducción al Libro del profeta Ageo. Ante vuestros ojos: es decir, de un modo manifiesto. En efecto, la libertad que aquí se anuncia solo será adquirida al precio de la muerte del Redentor (Hebreos 13, 20) y mediante su Resurrección (Hechos 3, 20-26; 13, 32-37 y notas).
En aquel tiempo os traeré, y en aquel tiempo os congregaré; porque os daré nombre y gloria entre todos los pueblos de la tierra, cuando ante vuestros ojos haga volver a vuestros cautivos, dice Yahvé.
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